Del infierno al cielo
Mito: Ángel Mena y Brian Fernández eran apuestas para León y Necaxa.
Realidad: Los dos regresaron a su mejor nivel, el mostrado hace unos años.
Los dos han marcado nueve goles; los de Mena han valido para sumar 18 puntos y los de Brian han servido para conseguir 10 unidades.
Dos hombres que son determinantes en sus equipos, que tienen la contundencia para definir partidos. Sus números son espectaculares.
Ángel Mena, además de los nueve tantos, suma 26 tiros a gol, ha participado en 10 anotaciones, ha dado seis asistencias de gol, en 23 mano a mano que ha ganado.
Brian Fernández, que también tiene nueve goles marcados, con 22 tiros a portería, seis participaciones en anotaciones y tiene dos asistencias para gol de sus compañeros.
Son dos jugadores que colaboran en diferentes aspectos, por ejemplo: el necaxista tiene 70 por ciento de efectividad en los pases, participa en promedio en 52 jugadas por encuentro.
Mientras que el excruzazulino, en 700 minutos, tiene 85 por ciento de pases acertados y se involucra en 65 jugadas por partido.
En este gran momento que están pasando este delantero argentino y el mediocampista ecuatoriano tienen diferentes zonas de acción en el terreno de juego. Brian juega libre y se mueve por todo el frente del ataque de los Rayos, mientras que Ángel se desempeña por el sector derecho en los tres cuartos de cancha, que es donde genera el desequilibrio.
Lo curioso es que estos dos jugadores, que hoy roban toda la atención de la Liga MX, más allá de su desempeño lo que atrae las miradas es que venían de niveles muy bajos y han conseguido salir del mal momento.
Conclusiones: Brian Fernández y Ángel Mena nos demuestran que no sólo sirve ser gran jugador para dar resultados. Nos confirma que es necesario un ambiente adecuado en los clubes para explotar las capacidades individuales.
Si en un equipo no se preocupan por el ser humano, difícilmente el profesional podrá trabajar de forma óptima.
Mena pasó momentos muy bajos en Cruz Azul y hoy nos demuestra su calidad, mientras que Fernández tocó fondo en su vida personal, superó a sus propios demonios y liberó sus cualidades para ser el delantero más contundente de la Liga MX.
