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Opinión

El torneo de negro

2017-03-15 | Alberto Bernard
ALBERTO BERNARD
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Mito: Los árbitros han demostrado ser un gremio fuerte.

Realidad: Los silbantes han mostrado fortaleza fuera de la cancha, pero dentro han exhibido un nivel muy bajo al momento de pitar un partido, ya que han existido 54 jugadas en 81 encuentros que llevamos del Clausura 2017 en las que interfirieron en el marcador.

En un análisis de la actualidad de los silbantes llama la atención que dos de las cabezas principales del ‘parón arbitral’, García Orozco y Paco Chacón, por diversos motivos no han tenido acción en este torneo. Marco Ortiz con ochos juegos pitados y Luis Enrique Santander con siete son los que más actividad han tenido, seguidos por César Ramos, con seis.

Y también llama la atención ciertos comportamientos de los colegiados. Por ejemplo: Uriel Olvera pitó un encuentro en el que marcó 43 faltas y no volvió a trabajar en el torneo, al igual que Funk, quien señaló 35 infracciones en un juego. El tercero que más corta el juego es Paul Delgadillo, con 34.5 infracciones marcadas por encuentro, mientras que Jorge Pérez Durán promedia 30.8. 

Hay una estadística que refleja cómo los árbitros intentan meterse en los menos problemas posibles. Marco Ortiz, que ha silbado en ocho jornadas, ha mostrado 31 tarjetas amarillas y ninguna roja, Diego Montaño ha amonestado a 21, pero a ninguno ha expulsado, mientras que Jorge Rojas ha mostrado 18 preventivas y cero rojas.

Conclusión: Los números nos demuestran que los árbitros son el fiel reflejo de lo que vive el futbol mexicano, los silbantes de jerarquía no están en el terreno de juego y en el escritorio pitan sus mejores partidos. 

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