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Opinión

Alejandro Molina Bortoni

Experto en psicología y desarrollo humano que trabajó con la Selección Mexicana durante el proceso de Ricardo La Volpe. Molina llevará los lectores todo lo relacionado a la psicología y el deporte.

El efecto Neymar

2018-07-12 | Alejandro Molina
ALEJANDRO MOLINA
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Neymar se ha vuelto viral y un ejemplo nefasto, no por su gran calidad futbolística, sino por sus mentiras y dramas. ¿Qué necesidad tiene un jugador de gran calidad como la de Neymar de comportarse de esta forma? ¿Qué consecuencias tendrá por actuar así?

Es interesante observar que cuando usamos la mentira o simulación para lograr alcanzar algo, lo que cosechamos no es la empatía de la gente, sino todo lo contrario. Neymar decepcionó en Brasil y acaparó las críticas por todas partes, además ha recibido la burla colectiva a través de memes y videos, en donde, hasta los niños ya lo ridiculizan por su gran falsedad. Escuché a algún comentarista brasileño que le decía: “Neymar ya existe la televisión, no puedes intentar engañarnos de esa manera”. Lo que le pasa al farsante es que, en muchas ocasiones, hasta él se cree sus propias mentiras.

Bélgica le ganó a Brasil y los aficionados se le fueron encima, no se le aplauden los goles ni el esfuerzo, se le juzga por falso y teatrero. Neymar dijo al final del partido que era el día más triste de su carrera y que no tenía fuerza para volver a seguir jugando. El abatimiento se da no sólo por perder, sino por saberse mentiroso.

Para los que somos padres sabemos que, si cedemos ante los berrinches de los hijos, lo único que pasará es que será ese el recurso que utilizarán cada vez que requieran algo. A los árbitros les pasó algo similar y ya no le creen a Neymar.

Hoy los invito a reflexionar sobre el “efecto Neymar” en nuestros propios retos; cuando dramatizamos o nos hacemos víctimas frente a situaciones en las que tenemos que aceptar nuestra falta de preparación, al reprobar un examen y querer culpar al maestro, al no ganar un partido y culpar al árbitro, o no tener un éxito profesional y querer buscar responsables tirándose al piso fingiendo.

Siendo víctimas y haciendo berrinches, sólo empeoramos las cosas. La propuesta es encarar con dignidad, siendo honestos y frontales. Asumir errores, pedir una disculpa sincera, levantarnos rápido frente a los problemas y tratar de solucionarlos.

Neymar parece que juega en el piso, reclama, grita y se tira, hace perder el tiempo de los demás jugadores. Hoy se le conoce más como actor que como jugador, pasa de lo mágico a lo ridículo, tendrá que hacer mucho en la cancha para quitarse la fama que hoy se ha ganado. Lo mismo nos pasa cuando de todo hacemos drama y no hay razones para hacerlo, en el futuro nadie nos creerá.

No le aprendamos eso a Neymar, seamos francos, no inventemos historias falsas, levantémonos rápido y sigamos jugando sin quitarle el tiempo a los demás. Menos drama y más acción.

“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”. 

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