Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Ódialos más
Cómo se parecen. Le duela a quien le duela. Son los más ganadores, de los más populares y los más odiados: Patriotas y América, equipos que levantan pasiones y polémica al por mayor. Esos son los vigentes campeones de las dos Ligas que más trascendencia tienen en nuestro país.
¿Cuántos nuevos aficionados tendrán ahora cada uno? Muchos más tras sus títulos.
EL INCREÍBLE SEÑOR DE LOS ANILLOS
La vida profesional, casi perfecta, de Tom Brady es descalificada con una facilidad escalofriante. Jamás justificaré una trampa, pero ¿realmente hay quien crea que un tipo puede ganar con base en engaños seis anillos de campeón de NFL?
Anoche se coronó de nuevo y sin ser el mejor del juego. Por si fuera poco, ya prometió que regresará para la siguiente campaña. Cuántos corajes seguirá provocando.
Al Super Bowl LIII le faltó lo esencial: espectáculo. Fue sorpresivo por la baja cantidad de puntos, el marcador más raquítico en su prolífica historia, y por más que quieran encumbrar a las defensivas, llamándole un ‘partido inteligente’, jamás podrá superar a lo que la gran mayoría queremos en cualquier deporte profesional: brillo a la ofensiva, anotaciones, lo que nos hace gritar y emocionarnos. Nos han ‘mal acostumbrado’.
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LES SOBRAN MILLONES, LES FALTA VALOR
De esta jornada en Liga MX, destaco lo que vimos en Ciudad Universitaria. Una institución que pretenda grandeza no puede jugar como equipo chico, como lo hizo Rayados, debe ser arrojado, al menos intentar vencer esos temibles demonios que lo han acosado históricamente.
Monterrey tuvo a Pumas, pudo ganar en la capital, pero prefirió esconderse y pagó el pecado, a pesar de tener hombres de más en la cancha por otro grave error del arbitraje.
El empate fue justo, porque hubo mayor diferencia entre ambos en actitud que en el valor financiero de sus planteles. La fortuna prefiere darle la mano al osado, especialmente cuando hay un balón de por medio.
No hay millones que compren valentía. Los regios podrán adquirir talento, figuras marketineras, pero jamás coraje. Citando a Napoleón: "El valor no se falsifica, es una virtud que escapa a la hipocresía".
