Ahí viene Pachuca

Pachuca tiene mucho más potencial de lo que los números indican. Su equipo es ligero, muy técnico y de medio campo hacia el frente manejan enorme movilidad.  

El primer tiempo en Morelia fue por momentos una joya, claro está que le cargaron la mano a Osuna en el centro de la cancha e hicieron que el contención de Monarcas se fundiera tratando de cubrir demasiados espacios libres.  

El cuadro michoacano corrió constantemente contra su portería y fue ahí donde Gutiérrez se hizo un festival de pases filtrados y conducción de balón con plena libertad.    

Digamos que los Tuzos disfrutaron mucho esos 45 minutos y nunca bajaron el rendimiento más allá de la impecable definición por parte del peruano Ruidíaz, que parecía cachetear la justicia futbolística. Porque aunque el conjunto purépecha puso en el segundo tiempo el juego 30 metros más adelante, en la suma del trámite jamás fue merecedor de la victoria.

Dio gusto ver, por momentos, el enorme despliegue de un equipo que con Alonso ya sabe lo que es dar la vuelta olímpica, y aunque se sigue esperando al mejor Puch, ausente en el Morelos por lesión, y sobre todo, al japonés Honda, Pachuca parece que de a poco empieza a levantar el camino en un torneo que como a todos, siempre entrega amplias oportunidades de crecer más allá de rachas negativas. El asunto está que la diferencia entre sus atacantes, creativos y generadores con respecto a su propia zona defensiva es grande, siendo ésa la principal interrogante para creer a la larga en un balance ganador. Sin embargo, nada se puede descartar cuando los que piensan tocan la pelota tan bien como los hidalguenses.

Habrá que seguir de cerca el desenvolvimiento colectivo en ofensiva que maneja este club en lo que resta del campeonato, porque cuando se deciden y empiezan a rotar posiciones durante amplios  lapsos del partido circulando la bola a gran velocidad, son una escuadra extremadamente dúctil con un futbol muy agradable y eso a estas alturas de la vida se agradece.