opinion.blog.christian-martinoli.arriba-el-norte
Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Arriba el norte

2017-12-11 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
Comparte en:
Contenido Patrocinado

El golpe de Dorlan Pabón jamás aminoró a los Tigres, al contrario, el equipo de la Autónoma de Nuevo León le quitó la pelota al Monterrey y empezó a machacar el juego hasta darle vuelta en cuatro minutos, gracias a Vargas y la complicidad de Hugo González, pero sobre todo al cabezazo de Meza y el descomunal juego que hizo en reemplazo de Ayala.

Es cierto que Tigres fue mejor en el primer tiempo y merecería la ventaja, como también fue evidente que Rayados orilló en el segundo lapso al cuadro de Ferretti. El penal de Avilés Hurtado terminó siendo el anuncio definitivo que la justicia en los 90 minutos no aparecería, porque la verdad, los dirigidos por Mohamed hicieron méritos para conseguir la prórroga ante unos felinos que ya no aspiraban ni al contragolpe.

Al final el que ganara estaba bien, por lo que ofrecieron en 180 minutos intensos, repletos de esfuerzo y dignidad profesional. Porque no se guardaron nada en un clásico vivido a tope. Porque demostraron con sus estilos que son actualmente los mejores equipos de México por más que a muchos incomode.

Que son los conjuntos que más dinero gastan, eso también es cierto, pero otros por su lado desechan mucho dinero y no están ni cerca de las instancias que ya se acostumbraron a tocar los dos equipos regios.

La deuda del Turco sigue vigente con el conjunto de La Pandilla, porque a él lo trajeron para dar la vuelta olímpica y no hay pretexto alguno ante semejante esfuerzo económico que la directiva le ha entregado.

Mientras que el Tuca se ha transformado en una deidad universitaria y está claro que se irá de Tigres cuando se le pegue la gana, ya que en ese club desde hace mucho tiempo es “Juan Camaney” y háganle como quieran.

Como están diseñadas ambas escuadras, no dudemos que en un futuro no muy lejano, quizá la revancha en una Final se pueda dar y así las dos entidades norteñas no tendrán que esperar otros 115 clásicos para definir un nuevo título de la Liga mexicana y deleitarnos con su juego.

Cuando el sistema del futbol mexicano arroja a la Final a los dos mejores equipos de la Tabla General del certamen, la justicia deportiva encuentra siempre un ligero confort ante semejante aparato de competencia que procura más el aspecto de lo económico que la certeza deportiva.

Contenido Patrocinado