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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Cielo azul

2018-08-07 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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El mundo Azul hasta ahora marcha de manera perfecta, sueña y goza con un final mejor al acostumbrado en las últimas décadas y, por el momento, tiene todo el derecho de creer en el campeonato.

Porque si algo tiene el inconmensurable fanático celeste es la capacidad de reconvención continua y la fe intacta cuando se trata de ver al futuro inmediato de su equipo. Ya que más allá de la desilusión continua que han vivido, existe otra parte de la historia, la historia grande de un club potente que los respalda.

Cruz Azul vive con Peláez hasta ahora una luna de miel de aquéllas, donde las cosas se movieron con una velocidad poco vista con anterioridad por las oficinas cementeras.

Contrataciones en cascada y de forma anticipada, movimiento de mercado nacional y foráneo, así como la continuidad de un entrenador temperamental, pero con recorrido en la Liga MX.

Los números en apenas tres escuetas fechas le cierran por todos lados al Azul; imposible reprocharle algo en este instante, en donde hasta el Azteca luce mejor que cuando juega el dueño incómodo. Porque la gente que convoca este proyecto nuevo en el Azul, se habrían quedado con miles fuera del estadio.

El futbol mexicano, lo sabemos todos, da y quita. Su sistema es generoso, pero también cruel. Cada equipo busca un cupo para seguir participando en el certamen.

No siempre el que mejor arranca, luce o domina el campeonato regular de punta a punta, será el protagonista máximo de aquellos seis benditos partidos que te entregan la felicidad de un título al que actualmente llamamos Liguilla.

Nadie mejor que Cruz Azul sabe eso. Pero la historia se construye poco a poco y veremos cuando haya alguna pequeña crisis que seguramente la tendrán cómo responde el conjunto celeste; por lo pronto, hoy se han ganado con todo el derecho de volver a soñar con el hecho de poder dar la vuelta olímpica.

Porque son Cruz Azul y en su historia, en la buena y en la mala, siempre se soñó a lo grande.

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