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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

El reto de Rafa

2018-08-09 | CHRISTIAN MARTINOLI
CHRISTIAN MARTINOLI
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El público de Atlas hoy tiene lo que quiere o, por lo menos, lo que pedía, un símbolo dentro de una dirigencia muy cuestionada por la propia grada rojinegra.

Rafael Márquez, uno de los mejores jugadores mexicanos de todos los tiempos, tomará un puesto preponderante al frente del club tapatío y, desde ahora, será poco a poco otro responsable más de lo bueno y malo que le venga a esta institución.

Con nula experiencia dirigencial, pero con un currículum impresionante dentro de campos y vestidores, Márquez se lo pensó un rato antes de tomar la decisión de agarrar un cuadro que maneja un presupuesto ajustado para lo que acostumbran otras entidades de la Liga MX y que desde hace mucho tiempo no trasciende en el campeonato.

El cinco veces mundialista con México se sentó frente a todos y lanzó sus deseos y opiniones. Está convencido de que hará mejor al club de la mano de un trabajo intenso y aceptó que su idea es ampliar el espectro de la cantera, misma que presumió al decir que 50 por ciento del primer equipo es de extracción propia, sin aceptar que esto hoy, en Atlas, es más propio de la necesidad que de la calidad de los susodichos; a diferencia de aquella tan recordada camada Lavolpista que él mismo supo defender.

Márquez acierta al afirmar que trabajará para tratar de hacer mejor al Atlas y al futbol mexicano, pero se equivoca al considerar que si el futbol mexicano mejora, el país también lo hará. México país, no depende en lo más mínimo para evolucionar como nación si su futbol vive en bienestar o no. Esto es como la gimnasia y la magnesia. Ubiquémonos.

También fue contundente al considerar que él hace más en este puesto que “irse a la fácil” como comentarista deportivo; vaya que parece sencillo esto de los medios, pero como todo, esto también tiene su chiste y no creo que Rafita lo entienda mucho.

Al final, el blindaje de héroe sagrado rojinegro lo salvará durante un tiempo relativo de las críticas de sus propios aficionados y la prensa, porque después mucho dependerá de los benditos resultados, esas estadísticas serán las que terminarán de encumbrar aún más su brillante carrera o las que le indiquen que ser ídolo con la pelota es totalmente distinto a ser efectivo en la oficina.

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