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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

La historia se repite

2015-08-24 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Después del primer tercio del campeonato, existen 11 jugadores con pasaporte mexicano entre los 25 primeros de la tabla de goleo. Una estadística que para como se manejan las cosas, no es nada mala; sin embargo, cuatro de éstos son nacidos en territorio nacional, mientras que los demás adquirieron sus derechos y obligaciones mediante la naturalización. ‘Tito' Villa, luego de su triplete ante Cruz Azul, encabeza la tabla y él es uno de los elementos que manejan doble nacionalidad. Dentro del Top 10 lo acompañan Nahuelpán y Britos, que junto a Fidel Martínez, Luis Gabriel Rey, Matías Alustiza y Matías Vuoso, completan los elementos que juraron bandera. Los otros mexicanos que lucen en la lista son el Hobbit Bermúdez, Oribe Peralta, Omar Bravo y el Gullit Peña.

Los puristas dirán que sólo cuatro de los primeros 25 goleadores nacieron entre Tijuana y Cancún; sin embargo, legalmente son 11 mexicanos los que están presentes en dicho listado. Muchos no lo sentirán como natural, dirán que es totalmente engañoso y que de poco sirve, porque Martínez juega para Ecuador, Nahuelpán, Villa, Britos, Rey y Alustiza no son considerados para Selección; y Vuoso, es Vuoso con todo lo bueno y malo que esto representa.

De los otros, sólo Oribe se mantiene con convocatorias constantes; los demás, a menos que Peña demuestre un repunte sostenido en su nivel, difícilmente serán tomados en cuenta, a pesar de que Bravo es ya un hombre con blasones en el balompié azteca.

Ahí está el meollo del asunto, históricamente las principales plazas en ataque las utilizan los clubes para contratar delanteros foráneos, que se supone, por jerarquía y experiencia, generalmente son futbolistas hechos que vienen a entregar resultados ‘inmediatos' y de tal manera, es casi imposible que algún técnico apueste a que un joven mexicano pueda tener oportunidades como titular en el eje de ataque, porque la presión por dar resultados en torneos cortos es mucha y los entrenadores no desean tener, por obvias razones, a juveniles que estén experimentado prueba y error durante varias fechas en lo que asimilan la oportunidad otorgada y pongan en riesgo su trabajo.

Un círculo vicioso que provoca una nula competencia o presión para los atacantes que generalmente son llamados en la Selección. Las plazas en el Tricolor parecen tomadas de forma vitalicia, sea cual sea el nivel o el presente del convocado. Y es que mientras la Liga y los responsables de los clubes no pongan cartas en el tema, el mayor perjudicado será el cuadro nacional, que seguirá sin tener caras nuevas con nivel probado que puedan generar un desafío a aquellos que hoy están cómodos en su lugar de privilegio. Porque mientras más opciones y oferta se tengan para elegir, se supone, en el papel, que un poco mejor será el resultado final.

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