La holgura del Turco

Desde aquel gol de Víctor Guzmán a favor del Pachuca, en mayo del año pasado, mismo que le arrebató sorpresivamente el título a Monterrey, Antonio Mohamed vive con una deuda grande hacia el club rayado y toda su gente, porque el cuadro regiomontano no ha escatimado jamás un céntimo en mejorarle cada año las condiciones laborales al Turco y su entorno, ya que al entrenador argentino lo contrataron única y exclusivamente para que repitiera la gloria desparramada en Tijuana y Coapa.

Además, a esta obligación implícita de trascendencia la acompaña y presiona también el protagonismo constante adquirido por su vecino incómodo, Tigres.

En el actual certamen, junto a Cruz Azul, el equipo regio se mantiene invicto, ve a todos por debajo del hombro y genera una desproporcionada cantidad de opciones de gol que a veces ante tanta abundancia deja muy mal parados los índices de acierto de sus propios atacantes, independientemente de los cuarto penales que llevan errados en el torneo.

Contra Atlas fue una muestra de ello, debieron ganar por tres de diferencia y culminaron tentando al destino.

Hoy, Monterrey está a un triunfo de tener garantizado su lugar en las finales, ya que aunque cerrara muy mal el campeonato, como mínimo quedaría octavo, es decir, aprovechó a la perfección la primera parte de la competencia para no entrar en urgencia o necesidades como les sucede a la mayoría cuando traspasan la línea de la Jornada 14.

La incógnita para Rayados es cómo mejorar los ligeros lapsos de angustia defensiva que sufre mientras trata de encontrar espacios largos en ataque, su fórmula predilecta para ofender.

No hay nada como consolidar un formato de juego y poner condiciones en la tabla desde el inicio, el asunto es que ahora la escuadra de Mohamed sabe bien que la segunda etapa del Apertura, en su caso, le servirá para afinar pequeños detalles que le solventen un cierre de campaña sin baja de juego ocasionado por la típica relajación que da el sentirse superior en la mayoría de los encuentros y holgado en los números estadísticos.

Ojo, Monterrey, soltar el cuerpo en la Liga MX es demasiado peligroso, porque mientras otros van dando tumbos durante el camino, pero justo en el ocaso de la competencia clasificatoria encuentran ciertas respuestas futbolísticas que los hagan soñar con la Liguilla, varios equipos en el pasado que vivieron el dulce momento que tienen hoy los dirigidos por el Turco, sufrieron por la falta de intensidad y el exceso de confianza.

Ése es otro fantasma con el que Antonio Mohamed deberá luchar dentro de un vestidor repleto de figuras, porque está claro que al Turco, per se, eso no lo incomoda ni lo acongoja en lo más mínimo, porque es un técnico comprobado, ganador y, sobre todo, curado de espantos, el asunto es que sus elementos entiendan lo que se juegan y lo que no les debe pasar.