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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

La muerte de un estilo

2016-12-06 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Hace mucho tiempo que los detractores de La Volpe han afirmado que su estilo no gana campeonatos, a pesar de ser un juego vistoso, para adelante, de posesión constante, cambios de frente, triangulaciones y mucha llegada, al que coloquialmente se le bautizó como ‘Lavolpismo’ y que supo generar en los distintos cuadros a los que dirigió. Hoy, ese formato está enterrado. 

No sabemos por cuánto tiempo, pero por ahora se esfumó. Y se borró del mapa por una clara complicidad del propio Ricardo Antonio, quien escudado en “el equipo lo formó Ambriz”, obviedad absoluta, pues negoció sus formas eternas, primero por la premura de su llegada y después por la aparición de resultados positivos, alejados completamente de la estética que tanto agrada al técnico argentino.

La Volpe, viejo lobo de mar y que empezaba a vivir lejos de los reflectores, encontró sin pensarlo, quizá su último gran concierto con un equipo popular del futbol mexicano. La carencia de nuevos talentos en la dirección técnica y la necesidad urgente de encontrar en el mercado un entrenador con condiciones para afrontar a un América dubitativo, fueron suficientes argumentos para que ‘Richie’ traicionara sus maneras con tal de conseguir éxito.

Sus matemáticas al frente del cuadro de Coapa son tan o más abrumadoras que las de Osorio con la Selección; sin embargo, convencen poco por más que hoy aspire a todo.

Está claro, la afición quiere ganar por encima de las formas, porque su exigencia desde hace mucho tiempo, en un enorme sector de la grada, se alejó de existencias históricas de espectáculo y show colectivo que otras versiones del ‘Ave’ lograron con tremenda notoriedad y gloria.

Orden defensivo, ceder la posesión, jugar al contragolpe de local y aspirar a destellos esporádicos individuales, son los argumentos del cuadro que dirige Ricardo Antonio. Muy poco para sus añejas ínfulas.

Contra su voluntad táctica, el equipo encontró resultados y La Volpe aflojó el cuerpo, olvidando todo lo que durante décadas propuso y defendió por encima del esquivo final victorioso que sus detractores usaron siempre en su contra para destrozar su retórica.

El medio en sí ha sido cómplice de aniquilar al último ‘romántico’ del juego colectivo, en pos del resultado a costa de lo que sea.

La Volpe está muy cerca de ganar su segundo título como entrenador, más allá de que aquel Toluca que lo vio partir a la Selección también le debió una vuelta olímpica que los libros no le otorgan.

El ‘Lavolpismo’ murió en busca del triunfo final, sin darse cuenta que en el camino destiló toda su esencia.

Quizá en Navidad sean campeones ante un Tigres favorito; sin embargo, la historia difícilmente recordará al América 2016, como por ejemplo añora a aquel Atlas de finales de los 90 que no ganó nada, pero que jugaba como los dioses, a lo ‘Lavolpista’. 

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