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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

La plata y la selva

2017-09-14 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Desde hace tiempo casi todo lo que no huele a Liga, a Tigres le incomoda, le da lo mismo, posiblemente lo desdeña o, por qué no, lo rebasa.

Quizá la última posibilidad suene incongruente cuando cada año tiene más jugadores de calidad y en el papel mejor plantel; abundancia, para terminar pronto.

La estela que lo acompaña de ser una de las plantillas más caras del continente no va muy de la mano con los resultados contundentes que se esperan de ellos.

Ya que mientras la mayoría piensa en un cuadro universitario rebosante y apabullante con sus rivales, sólo nos encontramos con un conjunto balanceado en la táctica y alejado de goleadas a granel que su supuesta superioridad económica invita a soñar.

Obvio, nadie puede negar que la escuadra de Ricardo Ferretti ha tomado un protagonismo interesante en el concierto local; sin embargo, un esperpento como el del martes en casa ante Zacatepec le deja una incógnita importante a la estela de este “súper” equipo.

Por supuesto que este adjetivo se lo han colocado más tanto el fanático como la prensa, pero todo halago se sustenta en la obviedad de la inversión propia y de la media del balompié mexicano. Tigres desde hace rato es mucho equipo y, por ende, en automático se ve obligado a competir por todo y a demostrar su calidad palpable en el campo contra casi el cúmulo de los rivales de la Liga MX y mucho más frente a los clubes que viven en otra categoría, como Zacatepec.

Lo mencionamos en Twitter al terminar la mágica noche que Zacatepec soñaba desde hace décadas; los torneos de Copa alrededor del mundo, de vez en cuando son capaces de darnos sorpresas tan refrescantes como la que entregaron los cañeros en Nuevo León.

Eso está bien, porque aunque sea en muy pocas ocasiones el balón es capaz, desde la humildad del esfuerzo y de un trabajo colectivo serio durante 90 minutos, de desmitificar trabucos, gigantes o todopoderosos.

No sabemos hasta dónde llegará Zacatepec ahora, que tocó la flauta sin duda, al enfrentar con valentía un choque que le ofrecía escasísimas opciones de triunfo y conseguirlo, eso siempre será plausible y engendra reconocimiento ante todos.

Golpe anímico que buscará no tener límites para el equipo de Leaño y durísima llamada de atención para la escuadra del Tuca, que quizá menospreció la instancia y en ello construyó las consecuencias.

Porque, incluso, hoy pocos dudarían que si se enfrentaran 10 veces Tigres y Zacatepec, en ocho el conjunto del norte sería acreedor a la victoria, porque las otras dos ya se las ganó el “equipo de la selva”.

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