Números y equipaje

Los números a Juan Carlos Osorio, como responsable del seleccionado mexicano, le cuadran, sobre todo, en Concacaf; es más, viendo la brutal estadística global, de cuatro derrotas en 29 juegos dirigidos, esto en automático lo convierte en el mejor promedio de efectividad de todos los tiempos, con 82.6 por ciento.

El asunto acá son las formas con las que se maneja táctica y estratégicamente y, posteriormente, los choques vitales en competencias top, es decir, fuera del yugo de Concacaf; es ahí cuando la alarma se enciende, el debate se abre, se extiende y para muchos se transforma en un tema capital.

Avanzar ‘caminando’ al Mundial a ‘lo La Volpe’, incluso con la histórica victoria en Columbus, no fueron motivos suficientes para acallar a sus miles de detractores. Cierto es que algunos pensamos que lo realizado numéricamente por esta Selección en este hexagonal debería ser lo frecuente, cotidiano u ordinario, pero penosamente no lo es, porque han sido estos mismos elementos con distinto entrenador los que se arrastraron por la cornisa mientras en otra cancha los salvaban o, incluso, también otras generaciones han sucumbido o estuvieron cerca de hacerlo en la misma competencia clasificatoria.

Así como hoy gritan desde tierras andinas que el 0-7 de Chile sobre México les hizo daño de cara a sus intenciones clasificatorias en Conmebol, fue al propio Osorio, de este lado del continente, al que ese mismo resultado lo marcó con hierro la piel.

A menos que Osorio consiga el quinto partido (defendiendo su equipo como lo hace hasta ahora se ve complicado), se quitará el pie del cuello, porque de lo contrario podrá llegar invicto de aquí en adelante a Rusia u ocupar el típico sitio de Octavos de Final en la Copa del Mundo, pero nada de eso le ayudará para ser plenamente reconocido por las masas locales. 

Sus rotaciones, sus posiciones cambiadas dentro del campo, sus ‘consentidos’ inamovibles, la terquedad de no manejar un contención plenamente defensivo, el que su portero en turno termine casi siempre como figura del equipo y las goleadas encajadas en dos encuentros vitales, donde se debía demostrar el nivel máximo en el concierto internacional, lo dejan como un tipo muy poco popular ante la mayoría. Eso sí, dicho sea de paso, quizás a él eso es lo que menos le incomoda.

Vendrá el ‘Gourmetour’ en Europa frente a Bélgica y Polonia, para posteriormente observar el sorteo en el Kremlin. Más tarde casi toda la población futbolera mexicana haremos pronósticos al respecto. Los más, se dejarán llevar por lo que quieren que pase. Los menos, con lo que creen que pueda pasar. Al final vaticinios y nada más. Mientras tanto Osorio ya tendrá su equipaje preparado para dejar el cargo con gloria o sin ella después del Mundial.