Rescaten al Azul

En realidad, lo de los cementeros rebasa cualquier tipo de explicación. Cruz Azul fue más que un Querétaro precavido, sobre todo en el segundo tiempo, en donde la única aproximación que tuvo en el complemento terminó adentro por un tradicional desvío defensivo celeste que liquidó a Corona.

Para colmo, en ese preciso instante, Gallos estaba con 10 por un hombre lesionado y así la ecuación terminaría siendo perfecta para lo que es el Cruz Azul contemporáneo.

Un equipo con poca brújula y nula suerte, porque al penalti errado por Francisco Silva, debemos ver los últimos 15 minutos del partido en donde el cuadro de Caixinha pudo hacer tres goles y falló cinco, sin sentido, sin justificación alguna, con Jesús Corona de un área a la otra desesperado por tratar de mostrar que por lo menos alguien da el alma por la camiseta, esa misma que ya sólo justifica la poca presencia de aficionados en la colonia Nochebuena.

Porque si el pueblo Azul va al estadio hace rato sólo es por el amor incondicional a los colores que algunas vez fueron muy grandes en el futbol mexicano y que hoy lentamente se destiñen con los grises y timoratos protagonistas que cada tanto se la colocan para seguir creando historias inverosímiles de horror y dolor detrás de una pelota de futbol que le sigue siendo esquiva a un club histórico, que sigue buscando una razón sólida a la cual achacarle sus males, cuando ya todos los dardos apuntan a su dirigencia anodina y pusilánime.