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Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Sin alas

2016-08-29 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Tanto se desgastó América para que le quitaran la suspensión a Sambueza que parece que el club capitalino se sintió ganador antes de entrar al Azteca.  

Una fecha atrás el cuadro de Ambriz perdió el control del partido en Puebla y no cayó por gracia divina, generando un juego acelerado y con altibajos muy marcados que nuevamente sembraron algunas dudas alrededor de las Águilas, igual que ante Monarcas.

Es cierto que si alguien antes del choque frente a Chivas, hubiera dicho que el Rebaño ganaría por tres goles y con opciones para hacer cinco, nadie, ni el más recalcitrante fanático rojiblanco lo habría creído.

El técnico una vez más se puso a la grada amarilla en contra, algo que ya conoce casi de memoria; sin embargo, esta vez para el público es distinto porque sienten que el Centenario no se ha tomado a la altura de las expectativas que semejante fecha obliga.

Perder así ante Chivas es inadmisible, porque seamos sinceros, este Guadalajara es irregular y por más que un demagogo Matías Almeyda lance discursos con tintes patrióticos, su equipo jugó el sábado como nunca lo había hecho desde su llegada al banquillo tapatío.

Chivas tendrá 15 días para saborear y ante todo analizar cómo harán para entrar en una inercia de repetición futbolística positiva como la mostrada en el Azteca.

Mientras que América necesita de lo que carece históricamente, humildad y autocrítica, pero no en Ambriz, que dentro de todo la tiene, sino en las formas de la directiva y en el compromiso de un plantel que vive desde hace rato pensando más en lo que algunos fueron que en lo que actualmente son o en lo que están por dar.

Se pueden perder Clásicos, pero sin actitud, vehemencia, esfuerzo, dignidad, coraje, amor propio y aplomo no se pueden presentar a jugarlos.  Porque cuando un Clásico te da lo mismo, es ahí donde ya no hay vuelta atrás.

Triste, descafeinada y preocupante fue la presentación de este equipo en el llamado partido más importante del torneo, tan triste como lo que vienen presentando en este semestre emblemático para la gente, la de a pie, la que apoya y la que desde hace rato viene exigiendo festejos a la altura de lo que se está por cumplir. No migajas. 

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