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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Al Tri vía Coapa

2017-05-26 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Miguel Herrera ha escogido un camino que ya conoce para volver a la Selección Mexicana de futbol: el América.

El Piojo sabe muy bien que un par de campañas buenas en Coapa le colocan de nuevo en la escena del Tricolor. Entiende, también, que el poder del América, de la Federación Mexicana y en especial el de la Selección, se desprende prácticamente desde la misma oficina. Así llegó la primera vez a la Selección y a la posibilidad de dirigir un Mundial, y así tratará de volver a un lugar que en lo más profundo de su ser y de su corazón anhela. Miguel Herrera está volviendo el América con la mira fija en la Selección Nacional.

Y para lograrlo, prácticamente se ha asegurado de todos los elementos a su alcance. El primero, su relación con Yon de Luisa, el hombre que hoy tiene el poder y las decisiones de futbol de la empresa Televisa. “Fue él y Ricardo Peláez los que me llevaron la primera vez. Lo conozco muy bien”, me dijo hace un par de semanas en Tijuana, aún vestido en los colores de Xolos. El otro personaje fundamental en el movimiento se llama Santiago Baños, quien deja a la Selección para transformarse en director deportivo del América. El brazo derecho del Piojo en la banca será ahora el responsable de la oficina de futbol en Coapa. Otro punto donde el destino vuelve a ‘pintarse’ de verde.

La realidad es la que muchos sabíamos. El contacto entre Herrera y el América se habría producido muy temprano en la temporada. La intempestiva salida de Ricardo Peláez habría sido una consecuencia del regreso del Piojo. ¿Fue una condición? ¿No había una gran relación entre ellos? No olviden que en un principio, Peláez trabajó con Herrera en aquel América, disfrazado de Selección, que salvó la clasificación Mundialista al 2014 en el Repechaje ante Nueva Zelanda, pero luego algo sucedió que los caminos de Peláez y de Herrera terminaron separándose. Es innegable que existió cierto desgaste.

“Yo les dejé un equipo hecho y que tendría que haberse mantenido por algunos años”, me confió Herrera, lamentando que futbolistas como Molina, Medina y Moisés Muñoz se hayan alejado del Nido en las últimas temporadas.

Sea como sea, Miguel Herrera está de regreso en el club que lo proyectó como entrenador, y la tarea de transformar al América, otra vez, en un cuadro altamente competitivo no será nada sencilla. Herrera ya le ha entregado una ‘lista’ de refuerzos tanto a De Luisa como a Baños. El Piojo tiene también un abanico de posibilidades de futbolistas que actúan en el extranjero. De Luisa le ha pedido que le devuelva al América aquel sentido de jamás rendirse en el campo, que intente ser un equipo que ataque, que haga goles y que lo coloque en los primeros lugares de la tabla. Nada que el Piojo no conozca y nada que no haya hecho en Tijuana en las últimas dos temporadas.

La otra gran pregunta que ronda alrededor de Miguel Herrera es quién ejercerá, esta vez, el control emocional que en su momento lograba Ricardo Peláez. El temperamento intempestivo del Piojo encontraba un límite cuando se imponía la personalidad de Peláez. Ricardo no está más aquí y Baños está por debajo de él en jerarquía y mando. Herrera tendrá que mostrar que aprovechó los días en Tijuana para tranquilizarse. Si pretende regresar a la Selección debe demostrar que no volverá a pasar por un incidente como el que tuvo en el aeropuerto de Filadelfia.

Miguel Herrera regresa al América, pero lo hace con la firme intención de volver a la Selección Nacional. Sabe que de Coapa al Tri hay un pequeño paso y que cualquier titubeo de Juan Carlos Osorio le será suficiente para abrigar la esperanza de sentarse en la banca de la Selección Nacional. “Yo no me fui de ahí por un tema deportivo. Tú lo sabes…”, me asegura. Y lo peor de todo es que tiene razón…

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