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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Chivas y Pumas, en la penumbra...

2019-04-09 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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No deber ser una mera coincidencia que dos de los clubes que dependen más de sus fuerzas básicas y de la producción de futbolistas atraviesen por una época de gran zozobra y penumbra. Chivas y Pumas no encuentran el camino a la estabilidad. La Liguilla se esfuma mientras golpean con fuerza a su propia historia y abolengo.

Es verdad que en ambos casos intervienen una serie de hechos y decisiones poco afortunadas que habrán cooperado con la desgracia, pero es innegable que la crisis se ha gestado y avanzado a partir del poco surgimiento de talento para la cancha. Chivas depende en gran parte de ello y Pumas lo reparte entre lo mucho o poco que puede adquirir fuera del Pedregal. Ambas 'fábricas' están prácticamente agotadas o son incapaces de producir lo que esos equipos necesitan para sobrevivir en el campo de juego.

Chivas tiene ahora un problema particular. Requiere reconstruirse en medio de la presión o agobio de jugar al borde de la tabla del cociente. Es decir, no puede planear a largo plazo sin enfocarse en el peligro de un descenso, cosa que, evidentemente, no sucederá, los dirigentes cambiarán y pisotearán las reglas que sean necesarias para proteger un patrimonio del futbol mexicano. El morbo, sin embargo, jugará en contra de Chivas. Un 'grande' en desgracia siempre vende.

Lo que requiere ahora -y siempre- Chivas es planeación. Encontrar al entrenador de experiencia que además entienda la filosofía del club. Que intente, a pesar de todo, afrontar 'la tormenta' con los valores del equipo, pero que no pierda el hilo de la imperiosa necesidad de sacar puntos y encontrar el equilibrio. Ese 'hombre' no debe existir, o sería inútil contar con él mientras el Guadalajara no encuentre un orden y una pasión dirigencial que se ha ido desvirtuando desde el alejamiento de Jorge Vergara.

Creo que José Luis Higuera está lleno de 'buenas intenciones' y, sin embargo, no ha dicho toda la verdad sobre el estado interior de Chivas. La salud de Vergara y la salud financiera del grupo son dos atenuantes a tomar en cuenta. Higuera provoca que Chivas viva bajo un velo misterioso. Algo esconde, cuida, desvía en tiempos donde la transparencia y la apertura serían mejores armas. Chivas se cierra, se aferra a sus 'secretos' y se come sus verdades y sus propias mentiras.

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El clima en Pumas es parecido. En lugar de Higuera, el gestor se llama Rodrigo Ares de Parga. Sabe de futbol, está lleno de ideas, planes, sueños, pero tiene un lado que sucumbe a las tentaciones del poder y de la ambición. La toma de decisiones tampoco son afortunadas. Desperdiciaron a un entrenador como David Patiño que recién había cumplido una temporada de tercer lugar general y Semifinales, es decir, muy por encima de las expectativas reales del plantel. Quisieron más y hoy tienen menos, mucho menos.

En Chivas y en Pumas todo o casi todo parte de la incapacidad de ser autosuficientes, de generar en casa, bajo sus parámetros y estilo la suficiente calidad para poder competir antes los clubes que pueden invertir o gastar más. Pumas y Chivas deben estar siempre al nivel del América, de Cruz Azul o de los equipos de Monterrey muy a pesar de que no están, indudablemente, en ese nivel económico.

Conclusión: Pumas y Chivas son lo que son hoy, como resultado de lo que han hecho y hasta de lo que no han hecho: han tomado determinaciones incorrectas y han dejado de trabajar en lo único que puede garantizarles presente y futuro, resistencia y esperanza: la generación de futbolistas.

Irónicamente, los tiempos de penumbra cubren a dos clubes que nacieron y crecieron para darle luz y brillantes al futbol mexicano.

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