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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Del "tú a tú..."

2017-06-20 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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México no juega todavía al ‘tiki-taka’, pero empieza a hacerlo del ‘tú a tú’ y eso, por ahora, es profundamente esperanzador.

Justo un año después de haber ‘tocado fondo’ de manera vergonzosa y humillante en aquel 7-0 ante Chile de la Copa América del Centenario, Juan Carlos Osorio parecía más eufórico y satisfecho que nunca.

“Hemos jugado de tú a tú ante el Campeón de Europa”, decía y subrayaba el entrenador colombiano atenuando el término “Campeón de Europa” que le corresponde a la selección portuguesa.  ¿Y cómo no iba a ser así? Osorio estaba enviando un mensaje contundente a sus jugadores, a los aficionados y, sobre todo, a sus detractores de que puede competir en el otro nivel futbolístico, en el mismo que había tropezado desastrosamente 365 días antes a las afueras de San Francisco. Esta vez, su equipo, su futbol, sus sistemas, sus rotaciones, habían funcionado.  

Osorio puso en la cancha un equipo conformado sólo por jugadores ‘europeos’, sólo ‘europeos’ para jugar ante el último ‘Campeón de Europa’. Y México jugó con personalidad, con dominio de la situación, ejerciendo una presión alta, manteniendo el control del balón y aminorando la peligrosidad de los portugueses y de Cristiano Ronaldo. Y eso bastó, fue suficiente para al final dejar una buena sensación. Un equipo que no renuncia a sus obligaciones, que no se esconde ni se atemoriza y que más allá de sus muchos o pocos defectos, es  capaz de competir y acercarse a las grandes potencias del juego. 

Lo que México mostró el domingo a las orillas del Volga es el sueño largamente añorado por el aficionado al futbol mexicano: una selección que más allá del resultado, compita y pueda hacerlo con un juego cargado de personalidad y responsabilidad.  

Ahora, lo que sigue tiene que ver con otro tema que históricamente ha afectado al futbol mexicano: la capacidad de ser constante. La regularidad es fundamental. De nada habrá servido las bondades que mostraste ante Portugal si no presentas un equipo y un  futbol serio ante Nueva Zelanda y ante Rusia. De ahí la trascendencia de mantener los pies bien puestos sobre la tierra. No festejar en demasía, pero tampoco atenuar demasiado un empate con un futbol competitivo ante el Campeón de Europa.

Estoy seguro de que Osorio sabe bien que falta mucho por trabajar y pulir, y que el nivel que enseñó en el inicio de esta Copa Confederaciones está aún lejos del verdadero nivel que puede alcanzar el futbol mexicano. Pero finalmente ha superado lo más importante. La parte mental que históricamente ha perjudicado y atrofiado al futbol y al futbolista mexicano. La forma en que el equipo ha salido a jugar en Kazán es una muestra (y tal vez una garantía)  de lo que se puede hacer siempre ante las grandes potencias de este deporte. Jugar sin complejos, sin ataduras, sin miedos. Puede ganar o perder, pero hacerlo con la misma intensidad y con un estilo definido de juego.  

Aquí, en Rusia, en el inicio de la Copa de las Confederaciones, a un año del 7-0 ante Chile y a 365 días del Mundial, México dio un pequeño gran paso hacia lo que finalmente busca, anhela y sueña su futbol.  

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