El 'destierro'

Chivas jura y perjura que no es el responsable del 'destierro' del técnico argentino Matías Almeyda. Yo, la verdad, no les creo.

Lo increíble del tema es que a pesar de su gran éxito (porque indudablemente lo tuvo), en un club que sólo utiliza futbolistas mexicanos, el Pelado no fue ni considerado como uno de los candidatos a dirigir a la Selección Mexicana. ¿Por qué? ¿Cuál fue el verdadero motivo? ¿Quién lo decidió? ¿Qué tipo de influencia lo concluyó así?

El hecho de que Almeyda no haya sido tomado en cuenta para los planes de la Selección Mexicana en una época donde el puesto de entrenador está vacante, me podría parecer hasta como una especie de una derrota personal del Guadalajara.

No sé si, al final del día, le hayan 'cobrado' a Almeyda el episodio de su enredada salida de Chivas. La relación se desgastó a medida que los acontecimientos avanzaban. Era un asunto donde, además de dinero, se involucraba orgullo. Parece que el club aguantó al final para cobrar su 'venganza'.

Los reflectores señalan hacia un personaje: José Luis Higuera, el siniestro presidente del equipo con quien Almeyda se había enemistado desde el momento en que Jorge Vergara se separaba de la vida activa en el club, Amaury Vergara no tomaba la fuerza necesaria y las cosas no estaban claras en cuanto a la separación de las determinaciones deportivas y administrativas. Almeyda y su grupo de colaboradores argentinos tenían, al final del día, más poder que cualquiera en Chivas. La 'cacería' de Higuera habría comenzado...

Sin Vergara, todo comenzaba a derrumbarse para Almeyda. Y Chivas entraba en un 'juego de poderes' extraños.

La llegada de Paco Gabriel de Anda. La cara de Almeyda el día en que lo presentaron y la extraña media sonrisa de Higuera. El objetivo era restarle poder a Almeyda, debilitarle y obligarle a dejar al club.

Para eso llegó Paco Gabriel, para eso fue utilizado por Higuera que, al final, también terminó 'aniquilando' a su recién nombrado director deportivo rojiblanco.

¿Dónde quedó la pelota? En los pies de Higuera, que de paso se daba el tiempo para avanzar en el 'lobby' federativo y cuyas recomendaciones e insinuaciones podrían haber afectado la imagen de Almeyda como posible candidato a la Selección Mexicana.

No deja de ser un gran desperdicio, porque bien o mal, con sus defectos y también virtudes, Matías Almeyda había logrado un invaluable éxito dirigiendo a un grupo de futbolistas mexicanos en el Rebaño.

No sólo eso, les dio un estilo, una condición de juego, una mentalidad ganadora, logró una comunicación y una relación sólida con sus jugadores y lo más importante, en un conjunto de los tamaños históricos y pasionales de Guadalajara, le acercó a la posibilidad de ganar trofeos.

Desesperado, porque más allá de los rumores de la prensa, del ruido que generaban sus propios representantes, nunca hubo nada claro con la FMF. La MLS, a través del San Jose Earthquakes, levantó la mano. Matías Almeyda se ha ido a Estados Unidos dejando su corazón en México.

Almeyda terminó desterrado. Chivas dice que no tuvo nada qué ver. Yo, la verdad, no les creo...