El final del interinato

El final del interinato ha llegado. Espero que sea también el final de la desesperación y la zozobra.

Le doy vuelta y vuelta a las cosas y muchas veces no las comprendo. No entiendo la prisa, la desesperación. La desesperación de tener resultados, de contar con un funcionamiento y la desesperación de encontrar un nombre que, con una 'varita mágica', cambie el presente y el futuro del futbol mexicano. En el futbol debe existir tiempo para todo, incluso tiempo para, aparentemente, 'desperdiciar'…

Lo único que puede darle a la Selección Mexicana cierta esperanza es un proyecto. Espero y creo que Guillermo Cantú lo tiene, al menos en su cabeza, y que ese proyecto terminará dándole al futbol mexicano el paso de calidad que tanto anhelan sus aficionados.

Afirmar -por la simpleza de los resultados- que los últimos meses han sido un desperdicio, me parece una equivocación. Hay tiempo para todo en el futbol. Y si la Federación Mexicana de Futbol cree que podía darse ese lapso para encontrar al entrenador adecuado -más allá de lo poco claro y escabroso que ha resultado el proceso-, entonces habrá que darles el beneficio de la duda. Ellos apostaban por la continuidad de Juan Carlos Osorio y no se logró. Luego, quisieron a Ricardo Ferretti como un entrenador definitivo. Tampoco se pudo. El siguiente nombre era Gerardo Martino, pero había que esperarlo hasta el final del año. Lo van a hacer y punto.

Mientras tanto, México tiene una serie de partidos amistosos ante rivales muy interesantes: Uruguay, Chile, Estados Unidos, Costa Rica y Argentina. Los resultados no ayudan, pero ha sido una época donde el entrenador interino ha tenido ocasión de prescindir de jugadores que nada tiene que demostrar -Guardado, Chicharito, Vela, Herrera- y probar a futbolistas con la calidad suficiente para ser parte de ese cambio generacional que tanto reclama el futbol mexicano.

Pero aquí tenemos siempre prisa y desesperación. ¿Qué más da perder algunos juegos si estás en un periodo de transición? El verdadero reto será conformar una selección que juegue bajo un estilo, bajo ciertos parámetros, con futbolistas que estén en su mejor nivel -tanto aquellos que jueguen en Europa como los que lo haga en México- y que sea capaz de superar lo que ninguna otra selección ha hecho en los últimos 30 años de Mundiales.

Basta ya de ser el 'rey' de los juegos amistosos o de aspirar a ganar una miserable Copa de Oro o de clasificarse 'caminando' en la pobreza existencial de la Concacaf. México necesita un proyecto, un entrenador y sobre todo futbolistas para que cuando llegue el juego del próximo Mundial ante Suecia o Brasil, existan los argumentos suficientes para competir.

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Ricardo Ferretti ha cumplido con un interinato donde lo único lamentable es que no se la haya podido convencer -de acuerdo a los deseos de Yon de Luisa- de quedarse permanentemente en el puesto. Las derrotas ante Uruguay, Chile, Estados Unidos y Argentina no cuentan, alimentan -espero yola esperanza de que esos futbolistas jóvenes hayan aprendido algo.

En el futbol debe existir tiempo para todo. Sobre todo, para una transición, para buscar y apoyar un proyecto, para encontrar al entrenador idóneo y para probar futbolistas porque algunos nombres no serán eternos y porque debes estar siempre con el mejor material posible en la cancha.

El final del interinato ha llegado. Espero que también sea el final de la desesperación y la zozobra. Lo que sigue es lo mismo que el futbol mexicano ha perseguido afanosamente desde que yo tengo uso de razón: la posibilidad de competir en otro nivel del juego…