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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

El inicio de la 'hecatombe'

2017-07-25 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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El de la Copa Oro ha sido el primer aviso de lo que está sucediendo y de lo que le sucederá pronto al futbol y al futbolista mexicano. Poco a poco se lo están acabando. Éste puede ser el inicio de la ‘hecatombe’ del jugador mexicano, perpetrado por los voraces intereses de la industria.    

¿El entrenador? ¿Los futbolistas? ¿Los dirigentes? ¿Los clubes? Cada uno tiene su nuevo y sustancial aporte en el último fracaso del futbol mexicano.  

Pero la culpa no es toda de Juan Carlos Osorio. Él tiene temas graves y urgentes para analizar. La culpa debe repartirse en asuntos de fondo y de raíz que el futbol mexicano ha descuidado o donde ha tomado decisiones para saciar sus necesidades comerciales, importándole poco o nada las deportivas, las futbolísticas. Y tarde que temprano, encontraríamos este tipo de consecuencias. No hay que ser un genio o un erudito para entender que si dejas de trabajar y apoyar al futbolista mexicano, ese futbolista terminará consumiéndose, agotando sus posibilidades de crecimiento y de desarrollo, y a la larga, desapareciendo casi por completo. El ‘genocidio’ del futbolista mexicano.   

La Selección de la Copa Oro era una Selección ‘B’ con los mejores futbolistas mexicanos de la Liga MX, escenario ‘brillante’ para comprobar que las reglamentaciones que han tomado los dirigentes (amparados por los clubes) están atentando gravemente contra  la materia prima de este deporte: el futbolista, el futbolista mexicano. La Liga MX no es la Liga de Sepúlveda, de Barragán o de Isijara, es la Liga de Gignac, de Avilés Hurtado, de Enner Valencia, de Matías Alustiza, de Raúl Ruidíaz, de Silvio Romero, de Honda y de una cantidad impresionante de jugadores extranjeros que llegan a copar las nóminas de los equipos.   

Yo no tengo nada contra los extranjeros. Ellos le otorgan un nivel competitivo a la Liga, pero no hay un equilibrio. Los clubes han dejado de trabajar con el futbolista mexicano. Todos ellos prefieren la salida sencilla: el extranjero, donde hay poco que arriesgar y donde además en algunos (quizá muchos) casos se asoman lucrativos negocios y situaciones apegadas a los malos manejos y a la corrupción.  

La Selección de la Copa Oro mostró las grandes carencias que el jugador mexicano empieza a tener en la Liga MX porque los mejores futbolistas nacionales están en Europa, y aunque tienen cierto límite (lo hemos visto en la reciente Copa Confederaciones) cuentan, obviamente, con un nivel mucho más desarrollado. Esa Selección que fue a Rusia estaría lista, seguramente, para jugar mañana por la Final de la Copa Oro, pero no se trata de eso. Se trata, indudablemente, de crecer, en Europa, sí, pero desde casa, desde la ‘cuna’,  desde donde deben surgir y crecer esos  futbolistas.

Juan Carlos Osorio debe tener sus propias situaciones para analizar. La primera, sin duda, tiene que ver con las famosas rotaciones y los experimentos que realiza con futbolistas fuera de su posición. Ese método, sistema o dinámica puede ser muy atractivo en clubes, pero en selecciones nacionales, cada día con menos tiempo para trabajar y disponer de los futbolistas, supone una complicación. Lo mismo con la manera en la cual conformó el llamado de jugadores para la Copa Confederaciones y Copa Oro. Tenía que haber realizado una repartición mucho más equitativa, entendiendo que el talento no le sobra y que cada día es más complicado encontrar jugadores mexicanos.

Para mí, se equivocó. Tenía que haber tomado la base del Chivas Campeón, un equipo hecho, sólido, que sabe a lo que juega, y haberlo reforzado con un par o tres futbolistas que le sobraron en su llamado a la Confederaciones. Hubiera tenido una Selección mucho más competitiva para afrontar el precario nivel de la Concacaf.

La solución más sencilla es la de echar al entrenador, romper el proceso y traer a alguien de la ‘confianza’ de los dirigentes o de moda entre los aficionados.  Habrá que advertir, sin embargo, que ni Ricardo Ferretti ni Miguel Herrera ni Matías Almeyda garantizan resultados con una Selección Mexicana. Hay problemas de fondo en nuestro futbol, y aquellos que no lo quieren ver así es porque son parte del negocio y les interesa distorsionar la realidad.  

Lo que vimos el domingo en Pasadena y durante toda esta Copa Oro es el primer mensaje que envía el ‘enfermo’ futbol mexicano, donde las reglas han favorecido la presencia de más y más jugadores extranjeros y han atentado contra la integridad del futbolista mexicano. Éste es apenas el primer aviso de algo peor. Van a terminar con el futbolista mexicano si los clubes no se ponen a trabajar de manera distinta. Ésta es la primera señal del ‘genocidio’ del futbolista mexicano a cargo de los dirigentes, los clubes y una industria inmersa en los malos manejos y en la corrupción, a la que sólo le importan los dineros.

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