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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Frustración...

2016-10-25 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Antes de empezar a leer este artículo (si tengo la fortuna de que lo haga), debo advertirle que no va a ninguna parte o mejor dicho, que no he podido llegar a ningún juicio coherente de lo que le sucede y le ha sucedido a un club de futbol tan grande y tan querido como lo es Cruz Azul. Pero un columnista nunca se declara incompetente en el primer párrafo. Lucha, pelea, tira golpes, aunque se sepa perdido, abatido y confundido... 

 Sigo buscando, hurgando en mi memoria y en los videos de los últimos casi 20 años y aunque trato de encontrar a Billy Álvarez y Carlos Hurtado fallando un gol, cometiendo algún error en la defensa o desmoronándose psicológicamente en la cancha, no los encuentro.

Antes de continuar y para que quede bien claro: no soy ni defensor del presidente del Cruz Azul, y mucho menos tengo vínculo alguno con el famoso promotor que según dicen radica en Miami y que, también dicen, maneja los intereses futbolísticos del Cruz Azul. A Billy lo respeto y lo quiero. Me parece un hombre decente, educado y que ha dejado su vida por Cruz Azul y por el futbol mexicano. Y a Hurtado apenas y lo conozco. Lo que parece claro hoy es que la mayor parte de la crítica (del periodismo), de las tribunas, de la calle y de las redes sociales señalan a Billy y a Hurtado como los principales culpables del fracaso que ha afrontado el club en las últimas dos décadas.

Dejemos de lado, entonces, a Tomás Boy, el entrenador que según algunos (yo debo levantar la mano y declararme culpable en el tema) sería capaz de transformar el temperamento del equipo y llevarlo al sitio que históricamente le corresponde, y dejemos de lado, también, a los futbolistas, porque finalmente los nombres de hoy como los de ayer han terminado con los mismos resultados. Concentrémonos pues en el manejo futbolístico que ha tenido este Cruz Azul.

 Billy Álvarez ha probado con diferentes fórmulas. La mayor parte, por no decir todas, han fallado. Directores deportivos, consejeros, asesores y hasta su propio hijo que se ha metido, poco a poco, en la operación del equipo de futbol. Billy no parecía convencido de que las formas, las maneras y hasta la educación de Boy sería positiva para Cruz Azul, pero lo convencieron, lo convencieron desde dentro de la institución y también desde las voces que insistían en el exterior. Y llegó Boy. Y lo que  Billy supuso y temía terminó siendo una realidad: el carácter de Boy ‘enfermó’ más al Cruz Azul. Por primera vez en casi toda la historia del equipo, el ala radical de las decisiones (llamémosle así) se había impuesto en las características de un entrenador. Los resultados fueron los mismos.

En la parte del armado del equipo... ¿alguien tiene duda de la capacidad o el poderío del plantel? Corona, el Chaco, Aldrete, Velázquez, Roco, los dos Rojas, el español Vázquez, Aldo Leao, el Maza Rodríguez, el Cata Domínguez, Guerrón, Cristaldo, Benítez y hasta el Cubo Torres, quien llegó hace poco. ¿No hay suficiente talento aquí para aspirar a por lo menos clasificar a la Liguilla?

 Todos o la mayor parte afirmábamos que el problema del Cruz Azul era un ‘problema de entrega’, de ‘sangre caliente’ en las venas. Hace poco escuché hablar al Chaco Giménez, el referente más poderoso de este equipo en los últimos tiempos, y me quedó claro, a partir de ahí, que había otras cosas que se fueron desmoronando mientras la ‘era Tomás Boy’ avanzaba en el club. El futbol es más que poner “huevos”. Pones los “huevos” un día y juegas con todo, pero a la siguiente semana, y a la otra, y a la que sigue, necesitas otros argumentos. Cruz Azul no los tenía.

 Pero volvamos al escritorio de Billy y a la cubierta del yate (así me lo imagino yo) de Hurtado frente a Fisher Island en Miami. ¿Son ellos los verdaderos culpables de este nuevo fracaso? ¿Realmente se han equivocado en la forma de administrar al equipo? No lo sé, no estaría tan seguro de ello. Cruz Azul lo ha tenido todo en la cancha y alrededor de ella. Y no sólo hablo de campos deportivos, de instalaciones, de viajes, de hoteles y de sueldos a tiempo. También ha tenido la solidez de una empresa fuerte y seria como lo es Cruz Azul, cooperativistas que trabajan incansablemente para producir un buen cemento 100 por ciento mexicano, plantas de alta tecnología que le permiten competir con las mejores cementeras del mundo. Y lo digo todo ello porque a mí, como entrenador o como futbolista del Cruz Azul, es una situación que tendría que motivarme a ser mejor en lo que hago. En Cruz Azul, al entrenador y a los futbolistas no les falta nada. Tienen un trabajo seguro, buen trato y un ambiente favorable para desempeñarse. 

No tengo respuesta. Algunos párrafos más tarde empiezo a entender la frustración de los aficionados del Cruz Azul. Ellos tampoco saben dónde realmente está el problema. Les he advertido que difícilmente llegaría a alguna parte en este análisis. No sé qué pasa en Cruz Azul. No sé si el problema es Billy o si ‘la leyenda urbana’ de Hurtado es una verdad. La única realidad es que Cruz Azul está, otra vez, a las puertas de un gran fracaso. 

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