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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

¿La Liga de Greg Taylor?

2017-01-20 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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La verdad, no lo conozco, pero eso tampoco sería nada extraño. Durante décadas, el futbol mexicano se ha mantenido bajo la sombra y el velo de promotores que amasaron mucho poder y también grandes fortunas. Desde los días del ‘casi legendario’ —para algunos ‘leyenda urbana’— Carlos Hurtado y hasta los de Guillermo Lara, uno de los personajes declarados ‘non gratos’ para el futbol mexicano y que, sin embargo, mantenía una estrecha cercanía y una sociedad con uno de los hombres más influyentes del futbol en la ultima época: Justino Compeán.

El futbol maneja muchos intereses, negocios y los promotores, los representantes, los intermediarios o ‘brokers’ existen, como también existen en otras industrias. El problema no son los promotores. Tampoco lo fueron Hurtado o Lara en su momento, o Greg Taylor en la actualidad, ni algunos nombres que se desprenden a partir de los que han logrado afianzar más poder y notoriedad. O quizás es el de exfutbolistas que son reconocidos como Mario Ordiales o Pedro Massaccesi. José Manuel Sanz, a partir de la notoriedad que tuvo tras representar a Hugo Sánchez y a Cuauhtémoc Blanco. El problema es el escenario casi preparado que tienen algunos promotores para jugar sobre un terreno poco propicio o conveniente para la corrupción.

Una investigación de ‘Futbol Picante’ de ESPN, encabezada por el periodista José Ramón Fernández, deja al descubierto un fenómeno que por años ha estado ahí, pero que hoy, ante los cambios de reglamentos en la competencia y la famosa regla 10/8, la proliferación de jugadores extranjeros en la Liga, podría haberse agudizado.

El tema no es exclusivo del futbol en nuestro país. Es un asunto casi cultural, tiene que ver con nuestra educación y nuestra manera de relacionarnos, de hacer y formalizar los negocios. De vivir y convivir. Es, sí, un problema de corrupción.

Según dicen y recojo textualmente el testimonio de Luis Roberto Alves Zague (en el programa ‘Futbol Picante’), uno los futbolistas más honrados y profesionales que yo he conocido en mi carrera periodística, Greg Taylor comenzó su trayectoria en el futbol muy cerca de Carlos Hermosillo. “Le traía la ropa al vestidor del Estadio Azteca”, dice el exjugador americanista. Aparentemente, apoyado por Hermosillo y luego por algunos otros jugadores de Cruz Azul, Taylor fue avanzando en el futbol mexicano hasta transformarse en uno de los hombres con mayor poder entre los promotores. Hasta ahí, todo va bien. Representa futbolistas, los promueve y logra los mayores beneficios contractuales para sus clientes.

El ilícito viene, en apariencia, después, cuando los ‘tentáculos’ del promotor alcanzan a un directivo, a un entrenador, a un dirigente de la Federación, a un árbitro, a un periodista o a un club completo. La ilegalidad aparece cuando se ‘marcan territorios’, como si fuesen grupos amafiados y donde nadie puede operar sin el permiso del que manda. El problema surge cuando el poder les rebasa y pueden manejar voluntades, aplastar leyes y reglamentos, y tomar atribuciones que nos les corresponden. El delito llega a extremos dramáticos cuando esos hombres ‘todopoderosos’ son capaces de decidir, en un momento dado, quién gana un partido, quién lo pierde, quién es el campeón o quién desciende a la categoría inferior. Y al final, parte del producto principal de la cancha, el futbolista, se puede ver perjudicado o atrofiado en su desarrollo y consolidación. Que nada de ello nos espante. Ha existido y puede existir en un medio propenso para la ilegalidad como lo es futbol mexicano.

¿La Liga de Greg Taylor? No lo sé, no lo conozco, lo que sí me queda claro es que vivimos en un país afectado por la corrupción en la mayor parte de sus instituciones y de su vida cotidiana. El futbol no es una ‘isla paradisiaca’ a la que no le afecta nada. El futbol mexicano es un sitio propenso y expuesto para la corrupción.

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