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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

La madre de todas las batallas...

2015-11-27 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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La “madre de todas las batallas” o quizá “la batalla” que hace tiempo esperamos  y que sobre todo, esperan ansiosamente los deportistas de México, esos que siempre están luchando contracorriente, librando obstáculos y deficiencias de un sistema corrupto y afectado por una especie de “crimen organizado” o de Federaciones mafiosas.  

Una nueva “cruzada” de la Comisión Nacional del Deporte está en marcha. Lo que en otras épocas habían insinuado o intentado Raúl González y Nelson Vargas, hoy trata de ejecutarlo Alfredo Castillo, con la advertencia directa sobre algunas federaciones deportivas y con el Comité Olímpico Mexicano como un “actor de doble cara”, aparentemente mediando en las  amenaza que el Comité Olímpico Internacional ha hecho sobre el deporte y el gobierno mexicano.

La mayor amenaza está depositada sobre los ya inminentes Juegos Olímpicos del año 2016, a efectuarse en Rio de Janeiro.  La intimidación, llevada a un extremo,  habla de dejar fuera a México como delegación olímpica e invitar a sus atletas a competir bajo la bandera del movimiento olímpico internacional.  ¿Es eso posible? Cualquier cosa es posible cuando se trata de intereses y de deporte en México y en el mundo.  

“No soy un político”, me confió un Alfredo Castillo sonriente, apenas el verano pasado, durante los Juegos Panamericanos de Toronto antes de anunciarme y casi advertirme:  “Soy más un policía y trataré de limpiar todo la suciedad que hay en el deporte”. El excomisionado para la seguridad y el desarrollo integral de Michoacán, y también exprocurador general del consumidor, subprocurador de la PGR y procurador de justicia del Estado de México   ha decidido hurgar en un secreto a voces del deporte mexicano: la poca transparencia, los malos manejos y la corrupción de muchas de las Federaciones Deportivas, práctica que sin duda, ha terminado atrofiando el desarrollo del deporte y de los deportistas de México en las últimas décadas. Gran parte de los pobres resultados del deporte mexicano en la escena internacional se deben, sin duda, a la “mafia federativa” que ha imperado bajo el amparo y la protección del propio Comité Olímpico Mexicano.  

Hay algunas Federaciones cuyo papel y trabajo han sido, en realidad, tétricas. Por ejemplo, la Federación Mexicana de Boxeo, cuyo titular, Ricardo Contreras, no sólo se ha eternizado en el puesto, también ha entregado resultados muy pobres con respecto a la calidad que México debe tener en un deporte como el boxeo. ¿Quién le pide cuentas a él? ¿Las asociaciones? ¿El Comité Olímpico? ¿La Conade? ¿La SEP? ¿El Comité Olímpico Internacional? Nadie, el personaje es “amo y señor” de su Federación, de su deporte y él utiliza el dinero del erario público para manejar la Federación a su antojo. Supongo que el señor Contreras está enterado de que los días del cacicazgo deportivo de Mario Vázquez Raña han terminado ya.  

La Conade fue creada durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari para generar y tener un control más directo de los recursos que el estado provee para el deporte de alto rendimiento. El gran problema de Raúl González y de Nelson Vargas, dos hombres que también lucharon para descomponer los malos manejos de las Federaciones,  en apariencia, no existe hoy más. La influencia política y empresarial de Mario Vázquez Raña tuvo que haber desaparecido con su muerte, pero, tal parece que quedan aún resabios, vicios, que siguen atorando el proceso de depuración del deporte mexicano.

La amenaza del COI es seria. Una carta divulgada en diferentes medios establece que el organismo pide directamente a la Secretaria de Educación Pública que se resuelvan las diferencias en el deporte mexicano cuanto antes, con el riesgo  de tomar de represalias que perjudiquen a México en su participación para Rio 2016. La carta tiene, por cierto, “tonos”  de haberse escrito en Conscripto y Periférico.  

Me queda claro que la postura de la Conade es la correcta: lo primero que hay que hacer es exigirle transparencia a las federaciones deportivas. ¿Qué hacen, cómo invierten los recursos que usted y yo como mexicanos les proveemos a través de nuestros impuestos? Luego y siempre, hay que escuchar a los atletas, a los que realmente sufren y se esfuerzan por conseguir resultados deportivos. Ellos tendrían que tener un punto de vista por encima del de Castillo, el de Carlos Padilla, o el de los presidentes de las Federaciones e incluso por encima de lo que opine el propio Comité Olímpico Internacional.

Dos de los grandes problemas de nuestro país, en todos los rubros, no solo en el deporte, ha sido la corrupción y el crimen organizado.  En el deporte mexicano hay corrupción y también existe una especie de “crimen organizado” o de “mafia”, de federaciones amparadas por el poder oculto o abierto que creen que ellos pueden hacer y deshacer a su antojo sin que nadie les exija cuentas. La terrible corrupción y los  infames manejos que han terminado con estructuras, proyectos, resultados, estabilidad y sueños. Hace mucho que era tiempo de acabar con esa corrupción y con todas las mafias que rodean al deporte. Celebro, entonces, que haya algo o  alguien que siga luchando por el beneficio del deporte y de los deportistas de México.

Tampoco estoy tan convencido de que el deporte mexicano estaría en mejores manos si fuese conducido por el estado. Del “estado” surgen muchos de nuestros grandes problemas de corrupción y de crimen, pero es necesario empujar por los cambios que le den certeza a todos los mexicanos de que se está haciendo el mayor esfuerzo para tener un mejor deporte.

La “madre de todas las batallas” parece, al fin, en camino, como una esperanza del deporte y de los deportistas mexicanos...

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