Nada qué festejar...

Más cerca de Rusia no significa que el futbol mexicano este más cerca de la consagración que tanto anhela.

Que no nos engañen. Clasificar al Mundial en la pobreza de esta zona futbolística, no tiene ningún significado en el crecimiento por el que tanto ha pregonado el futbol de México.

Si bien, la tarea se ha complicado, incluso de manera agónica en los últimos tiempos, lograr el boleto para Rusia 2018 es una asignatura obligada de los futbolistas y del entrenador. Nada hay qué festejar, si acaso sólo el hecho de que el omnipresente dueño de la Selección -y quizá del futbol mexicano- esté feliz porque su negocio estará a salvo y se significará en una gran recaudación económica antes y durante la justa mundialista del próximo año.

En la zona de Concacaf, México sale a hacer ‘negocios’, a cuidar el ‘negocio’, no a crecer ni a demostrar nada en materia futbolística. Ganarle convincentemente o golear a Honduras y superar a Estados Unidos el domingo en el llamado “Clásico de la Concacaf” no sirve de nada.  Es sólo un requisito de este futbol. ‘Vendernos’ el hecho de que clasificarse de manera prematura después de los grandes problemas que afrontó la Selección en versiones pasadas de la eliminatoria es ‘basura’. Yo no la compro.

Juan Carlos Osorio está consciente de que lo único que puede lograr en este proceso eliminatorio es tranquilidad y confianza. Utilizar los partidos para que el jugador crezca mentalmente y que cuando llegue el momento de ser probado en el otro nivel competitivo, esté listo para ello. Sobra decir que la última vez que lo intentó, que trató de pelear en el siguiente nivel futbolístico -más allá de la Concacaf-, se llevó un pesado 0-7 de Chile en instancias finales de la Copa América del Centenario.

Concacaf no es el termómetro del futbol mexicano, porque si lo es, quiere decir que estamos ‘jodidos’ y que nuestro futbol pertenece a un ‘tercer mundo’ y que no tenemos ni armas ni valores ni esperanzas para poder superarlo.

Ni Honduras, anoche, ni Estados Unidos, el domingo. Yo me espero hasta dentro de dos semanas, cuando Portugal, el campeón de Europa y Cristiano Ronaldo, el mejor futbolista del momento, estén en la cancha contraria, probando las virtudes, los defectos, las debilidades y hasta los miedos del futbol mexicano.