Ni tan buenos ni tan malos

La tradicional 'cacería de brujas' comenzó en el futbol mexicano: ahora resulta que 'el malo' era Juan Carlos Osorio y que todo se va a 'solucionar' con el 'Tata' Martino.

Seguimos inmersos en una mentalidad resultadista: somos tan efectivos o tan ruines de acuerdo con el último resultado. La realidad es: tanto Osorio tenía virtudes y defectos como seguramente los tendrá Martino. Lo que está claro es que el verdadero momento de medir al entrenador de México llegará en un momento de alta competencia y no en una serie de partidos amistosos y ni siquiera en el escenario que representa el verano con la Copa Oro, un evento más de corte e interés televisivo y comercial que provechoso en lo futbolístico.

Al Tata lo mediremos donde hay que medirlo: en los avances que la Selección tenga en cuanto al funcionamiento colectivo y en cuando a la personalidad y entereza mental que muestren los jugadores en los momentos decisivos.

Queremos que cuando llegue ese siempre anhelado y también martirizado juego del Mundial o de la Copa América, la Selección Mexicana tenga más herramientas para defenderse, competir y ganar. Que no sea, como ha sido hasta ahora, un simple ejercicio de supervivencia donde la oportunidad de salir triunfante depende de factores aislados al nivel y a la calidad del juego.

Puede que sea verdad que Martino tenga un orden diferente en su condición futbolístico a partir de un pensamiento más pragmáticos y que pronto —no esta noche ante Paraguay— encontrará una base de futbolistas con los cuales tratará de ensayar y ensayar hasta perfeccionar un equipo solvente que domine un estilo.

Osorio tenía un estilo diferente, que en su momento funcionó para ciertos objetivos y que después, lamentablemente, encontró el mismo derrotero que la mayor parte de sus antecesores. Martino debe superar eso.

La primera prueba ha dejado un resultado positivo. Siempre será bueno empezar con 'el pie derecho', pero más allá el resultado, yo pondero algunos minutos de buen juego mexicano en la segunda parte de la noche en San Diego, donde a partir del efectivo trato al balón, de salir jugando, de no saltar las líneas y de golpes explosivos con velocidad y profundidad, se fincó el camino al triunfo.

Las caras de la nueva generación mexicana dieron un paso al frente: Carlos Rodríguez, Rodolfo Pizarro, Raúl Jiménez, Edson Álvarez, Jesús Gallardo e Hirving Lozano. A partir de ellos, Martino generará un futuro, pero lo hará —supongo— con inteligencia: manteniendo la base de veteranos —Ochoa, Guardado, Moreno, Chicharito— y dándoles salida poco a poco a los futbolistas jóvenes.

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Creo que el Tata puede y debe resolver el primer 'problema' que se la ha presentado en su gestión. La inasistencia del futbolista del Porto, Jesús 'Tecatito' Corona ha entrado en un sendero de mayor polémica tras el boletín revelado por el club portugués.

Lo primero que debe hacer el argentino cuando termine la Fecha FIFA es buscar una entrevista personal con el jugador y resolver de frente las diferencias, malos entendidos y hasta mentiras que han aparecido en la trama.

Es importante tener 'mano dura', pero también coherencia y comprensión para el futbolista. Entiendo que deben prevalecer las reglas en la Selección, pero hay que entender que cada jugador y cada cabeza es diferente. El Tata, insisto, puede conciliar para recuperar a un futbolista con características únicas como Tecatito.

Martino es un buen entrenador. Por eso México lo ha escogido, pero no es ni mejor ni peor que Juan Carlos Osorio. Es diferente, y a partir de ello debe lograr lo que ningún otro entrenador ha conseguido en la historia del futbol mexicano: colocar a la selección en la posibilidad de competir en el siguiente nivel. Ya habrá tiempo y espacio para juzgarlo.