opinion.david-faitelson.perfeccion-lo-puede-lograr-chivas
Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

‘Perfección’: ¿Lo puede lograr Chivas?

2015-11-03 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
Comparte en:
Contenido Patrocinado

‘Perfección’, un término que casi no existe en el futbol, pero que de vez en cuando aparece por ahí como un ‘alma salvadora’ de aquellos que trabajan, que se entregan y que tienen fe. Y Chivas necesita de ello, de un sendero de ‘perfección’ en las siguientes horas, días y semanas que le permita perseguir y lograr sus sueños.

 ¿Campeón de Copa? Mañana lo puede y lo debe buscar en León, sin que sea una tarea sencilla.  

¿Salvación en temas de descenso? Tiene una cita importante el sábado en Culiacán. Debe vencer en Sinaloa para tomar más oxígeno y darle a Dorados un empujón más hacia el abismo.  

¿Clasificación a la Liguilla? Esa tarea parece más complicada. Debe ganar los nueve puntos que le quedan en disputa: En Dorados, luego ante Atlas, en el Jalisco, en el choque pendiente y al cierre del campeonato, en el Omnilife, frente al Santos, en un partido de ‘cuentas pendientes’ del torneo anterior.  

¿Puede Chivas hacer todo eso?
La realidad es una: ha mejorado notablemente en la cancha, donde por grandes momentos satisface en lo que entrega de futbol. Ha mejorado notoriamente también en lo anímico. Es un equipo que difícilmente se doblega en la adversidad, tiene maneras, formas, condiciones para volver y su entrenador cada vez lo impulsa más hacia el frente.

El domingo, mientras se debatían a goles y a emociones con el Pachuca, la orden de Matías Almeyda fue siempre de ir por más, de buscar la portería contraria y de no defender la ventaja de 3-1 que llegó a tener en cierto momento del juego.

Eso es bueno, es una señal directa para todos los futbolistas y para los seguidores de Chivas que este equipo no se conforma, no hace cuentas, no especula. Chivas se ha transformado, casi de la noche a la mañana, en un cuadro que compite en la cancha y que intenta jugar bien al futbol.

Vergara: 13 años después...
Trece años más tarde, prevalece la sensación de que ha sido un periodo de mucha más pena que gloria, pero también –y quizá contradictoriamente– destaca una pregunta: ¿Estaría mejor Chivas sin Jorge Vergara?

Antes de que algún eufórico aficionado del Guadalajara se apresure a responder radicalmente que sí, yo diría que, conociendo la historia del futbol mexicano, lo que le rodea, lo que tiene dentro, los negocios, los intereses y el valor que ha adquirido Chivas como negocio, me parece que no sería tan tajante en mi respuesta. No estoy diciendo que no, pero tampoco que sí.

El tiempo vuela, los intentos se acumulan, las buenas intenciones cuentan, los errores se pagan caro. Jorge Vergara cumplió la semana pasada 13 años como dueño de Chivas.

Parece que fue ayer cuando un empresario lleno de sueños, ambicioso, directo, que desechaba la corbata, que no utilizaba calcetines y que siempre parecía tener la respuesta fácil para la pregunta compleja, irrumpió en la asamblea de los viejos socios para, prácticamente, arrebatarles las acciones y el poder sobre el club.

El nuevo ‘Pastor del Rebaño’, nunca antes mejor utilizada esta expresión, parecía el hombre adecuado para rescatar a Chivas de la perdición. No sólo ‘salvarlo’ del marasmo deportivo en el que había caído, también era el personaje que podía guiar al club a los tiempos modernos, globales y económicos que exigía el futbol.

Y Vergara no lo hizo mal en muchos aspectos. Chivas creció como marca, hasta posesionarse como lo que tiene que ser: un equipo rico en el mercado de valores futbolísticos. La camiseta, la publicidad, el pago por derechos de televisión, la administración Vergara impulso cambios que al final tuvieron su obra suprema: un nuevo, moderno y precioso estadio en Guadalajara, la nueva casa de las Chivas, su propio hogar, un estadio sólo para ellos.

Vergara no tuvo, en su momento, malas ideas en la parte deportiva: contrató a gente muy valiosa, nombres de dirigentes, de entrenadores, de asesores que sin duda sabían del tema, pero había un defecto que empezaría a notarse desde muy temprano en este periodo de 13 años: su desesperación. Vergara no dejaba que los proyectos maduraran. Despedía entrenadores, unos tras otros. Dirigentes, así se llamara Cruyff, López o Pérez, le daba lo mismo. Cuando él sentía o alguien le decía que la fórmula se había agotado, enseguida ‘jalaba el gatillo’ para dispararle al proyecto.

Uno tras otro en una escala interminable. Caían y venían y al mismo tiempo desmoronaba los planes que el equipo tenia para seguir creciendo.

Pero Vergara no sólo pareció tener esa desesperación en su vida empresarial, también la tuvo en su vida personal, donde tras un breve matrimonio con la también empresaria Angélica Fuentes ha llegado ahora a una disputa de tribunales que parece no tener fin. Esa separación está afectando directa e indirectamente a las Chivas, al equipo de futbol, en su imagen y en su concentración.

Un solo campeonato en trece años es muy poco para un club de los tamaños de Chivas. Un acercamiento a los sitios más bajos de la tabla porcentual, es decir al descenso, es inadmisible para un club de los tamaños de Chivas. La incertidumbre se ha apoderado del panorama.

Hoy, Chivas no sabe qué pasará mañana. En apariencia, el último movimiento de Vergara fue el acertado, pero alguien acaso se atreve a garantizar que Matías Almeyda y su proyecto echaran raíces en el Guadalajara.

Trece años más tarde, Vergara ha estado lleno de buenas intenciones. Ha mejorado a Chivas en aspectos mercadológicos y pudo haber llegado justo a tiempo, cuando el club ‘jugaba con fuego’, en tiempo de debilidad, de problemas económicos, cuando el club pudo haberse convertido –y ésta es una suposición con ciertas bases– en un producto más de la gran competencia deportiva que significan las Chivas. Es decir, en un ‘hermano’ del América. Eso no basta, está claro, para avalar los primeros 13 años de Vergara, pero yo y supongo que algunos seguimos preguntándonos si, pese a todo, Chivas estaría mejor sin él...

Contenido Patrocinado