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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Sin garantías...

2015-10-27 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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En Coapa tendrían que ser días de expectación y de preparativos. En la parte final del campeonato y a semanas del Mundial de Clubes, el América gozaría haciendo planes y sueños para triunfar. Clasificarse en los primeros sitios de la tabla rumbo a la Liguilla y llegar a Japón con un nivel que sea suficiente para vencer al campeón asiático y ganarse el derecho de jugar ante el Barcelona. Pero en la cancha y fuera de ella, hay cierta confusión, irregularidad y nerviosismo. El América no funciona y ello provoca palabras subidas de tono en Ignacio Ambriz y muecas de insatisfacción en  Ricardo Peláez.  

El América lo quiere todo, pero podría quedarse sin nada  
Una inoportuna derrota en casa a tres fechas del final del campeonato ha provocado un par de expresiones altisonantes en el entrenador Ignacio Ambriz y una mueca de duda y de insatisfacción en Ricardo Peláez. El cierre del calendario propone tres duros partidos para el América (dos visitas peligrosas, una a Toluca y la otra a Monterrey, y un Clásico ante el líder general Pumas para el cierre del torneo) más el viaje a Japón para jugar el Mundial de Clubes. El América ha llegado a la parte final del torneo con lo que tiene en el banco, con sus “ahorritos”, pero todavía quiere y necesita clasificarse a la Liguilla y su futbol, por ahora, no parece alcanzar para competir en el nivel requerido de un Mundial de Clubes.   

El América no da ni ofrece confianza a nadie. El América no tiene garantías.
En apariencia, produce futbol, tiene llegadas, oportunidades ante el marco contrario, pero no termina por finiquitar los juegos. Sus números como local, que incluyen 4 derrotas en el alguna vez inexpugnable Estadio Azteca, dejan mucho qué desear y algunos de sus futbolistas. Oribe, Sambueza, Arroyo, Quintero y Andrade atraviesan por serios problemas de regularidad. El América es un equipo que tiene jugadores de calidad, que genera futbol, que guarda cierto equilibrio en temas defensivos, pero que tiene la personalidad de su entrenador: un equipo de perfil bajo, inapropiado para su camiseta que a lo largo de la historia se ha caracterizado por ser un club de otra clase temperamento y de condiciones.

El otro asunto que inquieta se refiere a la indefinición. Su entrenador, sus futbolistas y sus dirigentes tuvieron tiempo en la semana  para referirse al Mundial de Clubes. A Peláez le quedó en claro que no aspiran a ganar el evento en Japón, pero por momentos parecen más distraídos en la posibilidad de enfrentar al Barcelona y trascender con  su futbol de manera internacional que en la propia clasificación a la Liguilla por el título. Lo cual tampoco está del todo mal. Lo que sucede es que los equipos del futbol mexicano no están acostumbrados a tomar decisiones en lo que respecta a un torneo o a otro. Y el América tiene una obligación casi natural de obedecer a dueños, a su industria y a sus motivos de negocio siendo el protagonista de una Liguilla. El América, por un tema de dineros, no puede ni debe fallar, al menos, hasta la instancia de Semifinales. Ésa siempre ha sido la propuesta obligada de cualquier directiva americanista. Tratar de que el negocio, los niveles de teleaudiencia, las ventas de patrocinios se extiendan el mayor tiempo posible para garantizar el éxito de una Liguilla. Una Liguilla sin el América no es una Liguilla.

A tres fechas del final del campeonato, veo a un América confundido. Confundido en su futbol, confundido en su personalidad y confundido sobre qué torneo es el que debe atender con mayor urgencia. A tres fechas del final del campeonato y a algunas semanas del Mundial de Clubes, veo a un América sin garantías.

 

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