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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Soñemos bien despiertos

2016-12-06 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Los expertos calculan que la mente del ser humano es capaz de pensar, desarrollar y, muchas veces, ejecutar una infinidad de sueños en apenas algunos segundos. La imaginación del aficionado al futbol, la del que no se fanatiza, puede ser todavía mucho más profunda, maravillosa y extraordinaria. 

Los sueños están plenamente permitidos en el futbol. Son, casi siempre, la parte medular del deporte.

¿Ganar el Mundial de Clubes? Algunos aficionados americanistas despertaron el lunes, luego de que el equipo (o ‘su equipo’) se aseguró el boleto a la Final del torneo mexicano con la creencia de que el paso invicto, la vorágine de la Liguilla, la euforia por el festejo del Centenario y la presencia de un entrenador de amplia experiencia y capacidad como Ricardo La Volpe, puede darles ahora cierta esperanza de tener una aventura triunfal por tierras japonesas a partir de la madrugada del próximo domingo.

Entre ‘el sueño’ y ‘la realidad’ americanista hay un buen trecho. Ganar el Mundial de Clubes, más allá de que en el deporte como en la vida no hay imposibles, parece, sí, imposible para el América. Tener un torneo exitoso, es otra historia.

El Mundial de Clubes es una de las grandes incongruencias y mentiras de la FIFA, por un simple motivo: el futbol a nivel de ligas o de clubes que se practica en el mundo es diametralmente desequilibrado entre una región y otra. 

La FIFA no lo acepta abiertamente, pero es otro deporte. Lo que se juega en Europa, y a veces en cierto nivel sudamericano, es diferente a lo que existe en el resto del mundo. Por esa simple razón, no veo cómo un exponente de la Concacaf, en este caso de México, pueda, de pronto, ganar el Mundial de Clubes. Las grandes sorpresas y las grandes circunstancias son siempre parte del futbol. Y a veces pueden ocurrir, llamémosle ‘milagros inesperados’ en la cancha.

Pero yo creo que el América debe enfocarse en tener un Mundial de Clubes exitoso. ¿Qué significa eso? Primero, lucir los avances del futbol mexicano como Liga, además, como un club grande y poderoso que es. 

Segundo, vencer, en su presentación, al cuadro surcoreano, que no será nada sencillo, y después plantarse ante el Real Madrid para hacer un juego inteligente, sin miedo, mostrando, insisto, los progresos que indudablemente el balompié nacional ha tenido en los últimos años a nivel de clubes.

En eso debe concentrarse el América. En no hacer, primero, un papelón, una vergüenza como la del año pasado y luego pararse frente al gran, mítico, legendario y maravilloso Real Madrid y aprovechar la oportunidad para jugarle con personalidad, con un estilo definido, con una convicción, como alguna vez mostraron y la presumieron otros equipos de Ricardo La Volpe en la historia del futbol mexicano.

No soy nadie ni nada para prohibirle al aficionado americanista que sueñe. El futbol es un deporte que debe evocar los sueños, pero hagámoslo despiertos, con cierta moderación: el América va o puede ganar el Mundial de Clubes, a su manera, a su límite, a su realidad más que a sus sueños.

 

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