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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

¿Te atreves, Canelo?

2017-09-15 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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La pregunta es: ¿Te atreves, Canelo? ¿Te atreves a asomarte a la historia misma del boxeo mexicano en un sitio que aparentemente no te correspondía, pero para el que has luchado noche a noche con el afán de pertenecer a él?

Saúl Álvarez sabe muy bien que se está jugando gran parte de su legado boxístico. También sabe que enfrente tendrá al rival más peligroso y mejor armado de toda su carrera profesional.

“Estoy preparado para noquearlo”, dijo Canelo ante la pasiva sonrisa de Gennady Golovkin. Una de las grandes peleas que el boxeo aspiraba a tener está en marcha. El mexicano y el kazajo subirán al ring de la T-Mobile Arena para una contienda que la mayor parte de los expertos no quieren pronosticar.

Golovkin está invicto y tiene el porcentaje más alto de nocauts entre los boxeadores actuales. Ha monopolizado la división de los Medianos con 18 defensas exitosas. Canelo ha sido dos veces campeón mundial en dos categorías distintas y su foja incluye combates ante Floyd Mayweather y Miguel Cotto, dos pugilistas pertenecientes a la clase más distinguida del pugilismo de nuestros tiempos.

Los apostadores, los únicos que se manifiestan abiertamente, dan como favorito a Golovkin, pero ni siquiera ellos están seguros de esa hipótesis. El margen es apenas 2 contra uno y seguramente en cuanto los aficionados mexicanos pongan dinero por Canelo, las cosas se emparejarán aún más.

Los hechos marcan que tenemos a dos boxeadores de condición ofensiva. Uno, ‘GGG’, con guardia ortodoxa, que combina el jab y dos de las manos más poderosas del boxeo actual y quizá de la historia de la División de los Medianos (33 KO en 37 peleas, ha mandado a dormir a 18 de sus rivales en el tercer round o antes y tiene 17 ‘cloroformos’ en 18 peleas de título mundial).

Las cifras del kazajo son impresionantes, pero es más -de acuerdo con quienes lo han sentido- el endemoniado poder de sus puños. Hijo de un minero ruso y de una empleada domestica surocreana. Dos de sus hermanos murieron en en el ejercito soviético. Él irradia nobleza, humildad, educación. 

Canelo es un boxeador que ha mejorado noche con noche en cuanto a sus condiciones. Parece más cómodo desde un perfil de contragolpeador. Ha evolucionado notablemente en sus movimientos y parece en la plenitud de su carrera y de condiciones físicas (a sus 27 años) y con un gran experiencia recabada ya en sus combates.

Los dos despiertan grandes interrogantes sobre sus destrezas defensivas. De ahí de que en lo único en lo que parecen ponerse de acuerdo los expertos es en que será una noche explosiva, donde de ninguna manera se necesitarán 12 rounds.

El boxeo presiente y cree que tiene en sus manos una noche en la que nada puede fallar para vivir una memorable jornada de emociones, de equilibrio, de argumentos técnicos y físicos. 

El mismo boxeo que en el pasado reciente ha vivido de la incertidumbre, de las carencias, de momentos que resultaron traicionados por los protagonistas de la industria, de cuestiones más apegadas a la necesidad de un espectáculo y de un circo (Mayweather-McGregor de hace unas semanas) que a la seriedad e historia del deporte.

Canelo y Golovkin pueden y deben darle la certeza que tanto ha buscado el boxeo en los últimos tiempos. Las condiciones de ambos, las estadísticas, los hechos fehacientes indican que nada puede fallar, pero éste es un deporte donde siempre hay espacio para incidentes, circunstancias y accidentes. Cualquier detalle puede terminar lastimando lo que parece una combinación perfecta.

La presión existe en ambas esquinas, pero Canelo se juega mucho más porque representa mucho más para la industria boxística. Al mismo tiempo, parece la noche perfecta para derrumbar todos los señalamientos de sus muchos detractores, que le critican, primero, por su falta de recursos boxísticos y después por ser más un producto de la publicidad y de la necesidad del negocio que una gran realidad deportiva.

Saúl entiende, entonces, que un triunfo contundente ante Golovkin colocará a los expertos en la disyuntiva de llamarlo ‘el mejor del mundo’ y lo introducirá, sin demasiados obstáculos, a una baraja privilegiada de pugilistas mexicanos. Todos eso existe en el botín de la noche en Las Vegas, pero también existe un riesgo latente: enfrentar a un boxeador en su peso, legitimo Campeón Mediano, que habla poco, y un pegador que genera miedo en sus contrincantes. ¿Se atreverá Canelo?

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