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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Un futbol sin espectáculo

2019-05-28 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Puede que ganar lo sea 'todo' en el futbol, pero nunca debemos olvidar que el futbol es, antes que nada y por encima de ese 'todo', un espectáculo. Y aquel que va al estadio o que enciende la televisión, independientemente de los colores que marcan su debilidad, está buscando un entretenimiento. El domingo no lo tuvo.

Y ese entretenimiento o distracción no fue parte de la Liguilla que el futbol mexicano presentó en este Clausura 2019. Fue una Fase Final decadente, con pocos goles, escaso futbol y sin demasiadas emociones. El resultado: un campeón insípido y nada cercano a una condición de espectacularidad.

Tigres terminó siendo la esencia misma de la Liguilla. Su futbol práctico, conservador, y por momentos especulativo, se termina imponiendo ante un León que, tras ser una expresión de un futbol profundo y sumamente atractivo en la temporada regular, no pudo sostener su nivel.

El juego terminó adormecido por la incapacidad de un equipo como Tigres de jugar mejor –tiene, evidentemente, futbolistas y material para hacerlo– ante un líder general inoperante y sin la contundencia necesaria. Sufrió la ausencia física de José Juan Macías, el joven delantero, revelación del torneo, que prefirió jugar el Mundial juvenil de Polonia que la Final del futbol mexicano y sufrió también la ausencia moral del campeón goleador, el ecuatoriano Ángel Mena, quien nunca encontró la forma que presumió durante de temporada regular y terminó abandonado el juego final por una lesión.

Entre los dos habían logrado 24 goles para el equipo de Ignacio Ambriz, uno de los cuadros más brillantes y espectaculares –en números y en actuaciones sobre la cancha– en la historia de los torneos cortos en México.

El séptimo campeonato de Tigres resultó de una Liguilla donde sólo anotó cuatro goles y donde avanzó en las rondas anteriores a la Final amparado por lo que hizo en la campaña regular. Sus grandes figuras de la cancha, incluyendo a André-Pierre Gignac, que marcó dos tantos decisivos, fueron ensombrecidas por Nahuel Guzmán. El portero argentino fue, sin duda, el más valioso en la consecución del quinto título de Tigres en la década, una marca impresionante que dista mucho del estilo y las formas que mostró el domingo por la noche en el Nou Camp leonés.

Creo que podemos recriminarle a Tigres porque, al final del día, tiene una cuota de calidad para presentar una postura distinta. La de este campeón fue, por muchos momentos, mezquina y medrosa.

Yo soy un fan de Ricardo Ferretti. Lo considero una 'leyenda viviente' de nuestro futbol y el entrenador más importante de la era moderna en el futbol mexicano. Quizá hizo lo que pudo con un grupo de futbolistas que no estaban en sus mejores formas y niveles.

La astucia del Tuca y el pobre nivel de los rivales terminó colaborando en el nuevo trofeo que hoy luce en sus vitrinas el equipo de San Nicolás de los Garza.

Tigres merece el crédito de una hegemonía plasmada en una época, con equipos altamente competitivos, un futbolista de corte extraordinario como el francés Gignac y un entrenador de carácter legendario como el Tuca, cuya continuidad y éxitos han escrito una historia nueva y resplandeciente del futbol mexicano.

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El reconocimiento debe ser extensivo para el presidente Miguel Ángel Garza, quien ha podido sostener a Tigres en el mismo sitio que lo recibió de manos de su antecesor, el llamado 'Inge' Rodríguez.

Creo que es una muy buena oportunidad para que la Liga MX revise el sistema de competencia que utiliza. ¿Se ha vuelto obsoleto, inoperante? ¿Es momento de buscar otras alternativas? No lo sé, tal vez, un cambio en la manera de desempatar las series o una Final en sede única y definida a un solo partido. Hay que estudiar y buscar alternativas. La Liguilla del Clausura 2019 fue, ciertamente, una de las peores en cuanto a nivel futbolístico, asistencias a los escenarios y, supongo, bajos en niveles de audiencia televisiva.

El campeón Tigres aspira a sentarse en 'la mesa' de los llamados 'grandes' del futbol mexicano. No veo el porqué no, cuando ha logrado conjuntar un equipo de hegemonía y esta respaldado por una gran pasión. El único asterisco que yo le pondría es la forma, la manera, que siempre debe ser una parte esencial de un club que se jacte ser 'grande'.

La responsabilidad no sólo de ganar, también de jugar bien y de integrarse a un deporte profesional que antes que nada es un espectáculo. Tigres merece ser recordado como uno de los grandes conjuntos de la historia, pero ese recuerdo debe ser dulce, completo, profundo y no el de un equipo que especula, juega con los tiempos y las condiciones del partido.

Yo no entiendo la vida de un 'grande' amparado en ese tipo de características. El campeón, definitivamente, pudo ser mejor de la versión que presentó. Lo sabe Ferretti y sobre todo cada uno de sus futbolistas. Tigres debe entender que un club grande es aquel que lo es, se parece y se comporta siempre como tal.

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