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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

¿Una Liga de dos?

2017-12-08 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Me quedé, ciertamente, anonadado cuando en algún programa de radio que venía escuchando en el tráfico del Periférico, el entrenador del América decía: “Creo que con un poco de inteligencia y hasta de suerte podemos armar un equipo que esté a la altura de los clubes del norte”.

¿El entrenador del América (sí, pongamos énfasis: ¡del América!), insinuando que, para competir, su equipo, insisto y recontrainsisto, el América, dependía de colocarse a la altura de los planteles de Rayados y Tigres?

El problema es que Miguel ‘El Piojo’ Herrera no ha dicho ninguna mentira.

El futbol mexicano ha entrado desde anoche, cuando se puso en marcha la histórica Final entre los dos equipos regiomontanos, a una nueva faceta, donde, en un mundo nada extraño, aquel que invierta más dinero, tendrá más probabilidades de tener éxito.

Y puede ser que históricamente haya sido así, que clubes como América, Cruz Azul, Chivas, Pumas y Toluca establecían distancia en la tabla de ganadores de campeonatos, gracias al mayor poder económico que ejercían sobre el resto de sus competidores.

Hoy, lo que Tigres y Rayados gastan en el futbol supera en una proporción doble, triple, cuádruple y hasta quíntuple al resto de los que participan en la Liga MX. Según Transfermarkt, el valor de la nómina de Tigres es de 68 millones 420 mil dólares, y la de Rayados alcanza los 55 millones 24 mil dólares. Xolos y Pachuca le siguen con 43 y 42 millones, respectivamente; y luego vienen, en el renglón de los 30, Chivas, Santos, Veracruz, León, América, Toluca y Cruz Azul.

No sólo se trata de gastar, sino de hacerlo con inteligencia. Y en ello ha radicado el éxito de Tigres y de Rayados. Durante el último receso veraniego, el Monterrey hizo la operación más alta (8.5 millones de dólares) cuando adquirió al delantero colombiano Avilés Hurtado, quien se transformó en el mejor jugador de la Liga. Años antes, Tigres logró traer al francés André-Pierre Gignac, quien se ha convertido, en pocas temporadas, en uno de los más productivos jugadores en la historia de su club y del futbol mexicano. Ricardo Ferretti tiene dos equipos competitivos al mismo tiempo, y otra gran cantidad de futbolistas que son propiedad de la institución y que están prestados en diferentes clubes del futbol mexicano. Tigres tiene para dar y para repartir.

Bajo la premisa de que “a mí no me piden ganancias, sólo que no dé pérdidas”, el modelo del ingeniero Rodríguez se ha transformado en un tema que seguramente, tarde que temprano, generará controversia en el resto de los agremiados a la Federación Mexicana de Futbol. El riesgo (y digo que sería un riesgo porque la libertad económica es parte de mi pensamiento de vida) es que mañana o pasado a alguien se le ocurra establecer un límite de nómina o de gastos en los equipos. Yo puedo imaginarme que, en alguna asamblea de dueños, uno de esos propietarios de clubes que nada sabe de futbol y que sólo le importa el negocio, se levante y diga: “Señores, esta gente nos está encareciendo el mercado y el negocio, y no podemos permitirlo más...”.

El futbol siempre se jactó de ser una Liga muy competitiva y muy cerrada, donde, en apariencia, cualquiera podía ser campeón. Hoy, parece que hemos entrado a nuevos rumbos. El dinero y la diferencia del poder adquisitivo le habría dado nuevas reglas a la competencia. Creo que todavía estamos lejos de una ‘Liga de dos’, pero hacia allá vamos...

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