América pulverizó a Rayados en debut del Apertura 2019

El dominio del América no supo de geografías. Si venció en el Campeón de Campeones a Tigres, ayer pulverizó al Monterrey en el Estadio Azteca. 

Mientras los regios tienen la mirada en las Águilas, ellos no los espejean. El Norte está arriba solo en el mapa, porque el futbol, por lo menos esta semana, le perteneció a los de Coapa. 

Rogelio Funes Mori se despertó en el partido con un gol tempranero. En una salida averiada de Agustín Marchesín, el argentino se posó en sus barbas con el filo de un cuchillo frío quedo perforado en el Nido.

Monterrey no había cultivado para haber cosechado; el América tampoco no había trabajado como para igualarlo. Pero Mateus Uribe decidió que los goles se hacen, no se merecen. De esa forma, entró al área sin tocar el timbre y conectó con la cabeza un servicio que encendió la celebración. 

Las Águilas entendieron que hay veces que los partidos se autogestionan. No se necesita que sean espectaculares para que el marcador se inflame. Y así, Nico Castillo cambió por anotación un penal cobrado con la voluntad y con una bazuca, en forma de pierna derecha.

Rayados resistía y persistía. Avilés Hurtado entró como se entra entre las puertas de un elevador, entre los dos centrales azulcrema y con un remate, de cabeza, subió al segundo piso del gol. 

Después, cuando la trama del partido había sido tensada y el partido inaugural, tenía contornos de Final, Ibarra gobernó los tiempos y en un catálogo de opciones, eligió la correcta cuando elevó un globo aerostático de cuero, cabeceado por Nico que picó la pelota con la confianza y con la cabeza.

No es que Rayados fuera mucho menos, era que el América había asociado más los temperamentos. Si Agustín Marchesín había mandado el mensaje de voluntad, aún cuando estaba lesionado y continuó en el partido por su exceso de personalidad, Roger Martínez mandaba otro telegrama: lo ganaremos.

De esa manera, después de una galopada autosuficiente de Jérémy Ménez, Roger disparó a primer poste con un rencor propio de un purasangre. Martínez no festejó ni pestañeó y así un mensaje de inconformidad con su directiva lanzó...

El Monterrey no vence a los de Coapa en el Estadio Azteca desde 2012; si ayer el cielo esperó, a pesar del pronóstico de tormenta eléctrica, fue cuando el árbitro pitó el final, cuando, convencidamente, lloró de felicidad y regó el pasto de Santa Úrsula, donde se renuevan las ilusiones...