Cruzazuleada 2.0

Elías Hernández le hizo al León dos goles llenos de pasado, con el tino en los pies y con el respeto en los brazos, levantados. Elías le pidió perdón a su exequipo, por su exceso de contundencia. Por eso, después de cada anotación, unió las manos, entregándoselas al cielo y al viento, en señal de arrepentimiento de corazón...

Cruz Azul ya no juega con once los partidos. Lo hace con diez. Y lo hace mejor. Justamente en esa improbabilidad, radica su valor...

Gerardo Flores había sido expulsado por una patada con filo de navaja; el León había olido la sangre, a través de los pies de un hiperactivo ofensivo como lo es Yairo Moreno, el hombre que padecía el ‘Factor Corona’, cuando ‘Chuy’ desviaba con el pie un envío seco a primer poste y cuando atajaba con el pecho un bombazo lleno de rencor y e interrumpido deseo...

Pero apareció Elías, con el camuflaje de quien se planta en tierras ajenas sin pisar las ramas. Hernández pasa desapercibido cuando arriba al área como un tanque, pero no se esconde, que es distinto...

Así, maximizó un pase filtrado de Roberto Alvarado, que con aquel servicio, cortó a la defensa, como se corta un limón en dos: Elías disparó, ante la salida de un presto Rodolfo Cota, que rechazó. Pero a esta Máquina le favorecen hasta los rebotes. El balón volvió, casi imantado, a la cabeza de Elias, que confirmó que los goles, a veces, reclaman de escalas...

Gerardo Flores y Alexander Mejía descompensaron un partido abierto como el mar. Lo volvieron tierra y lodo con patadas y expulsiones fáciles de castigar... 

Los dos equipos jugaban con diez, aunque Roberto Alvarado se empeñara en demostrar lo contrario cuando hizo un Bale...

Así, desbordó 60 metros con la velocidad de un tres pulmones; después, alzó la cara y le puso moño a un balón controlado y detonado por Elías, quien cuando antes seguía la jugada, corría y corría hasta que, con el balón incrustado en la portería, al final sonreía...

Ya con el tercer tanto, cabeceado en segundo palo, por Milton Caraglio y servido por tercera vez por Alvarado, La Máquina consolidaba una actuación de escándalo.

Cruz Azul ya sabe cómo es que se sufren los partidos estando incompletos. Y, paradójicamente, ha llegado el momento en el torneo en el que, desde el liderato general, ya los goza hasta sentirse pleno y completo...