La edad nunca perdona

Es el hombre récord de la NFL, pero ni siquiera un QB de élite como él puede derrotar al máximo enemigo de todo deportista: la edad.  Peyton Manning ayer rompió otro marca, la de más yardas por pase (que le pertenecía a Brett Favre, otro hombre récord) y está a sólo una victoria de convertirse en el pasador más ganador en la historia de la NFL en temporada regular, pero ayer fuimos testigos del peor momento en la carrera como profesional del número 18.  

Peyton fue mandado a la banca tras ser interceptado cuatro veces y completar sólo cinco de 20 intentos. El mensaje es claro. Parece ser que una nueva era en la ofensiva de los Broncos se avecina, y muy pronto, quizás antes de 2016.  

Luce lejano el 2013, cuando Manning destrozó por última vez la Liga (implantó récord de pases de TD y yardas por pase en una sola temporada) y llegó a su tercer Super Bowl (el cual perdió). Hubo especulaciones sobre su regreso a la NFL, se pensó que a pesar de la derrota en el Súper Domingo podría darse por satisfecho por el temporadón que hizo, pero finalmente regresó, quizás porque había más récords por romper, quizás porque aún pensaba que físicamente estaba en plenitud y el inicio del 2014 así parecía indicar, pero desde la Semana 11 de esa campaña, cuando Denver perdió con San Luis, precisamente hace un año, Peyton fue disminuyendo progresivamente su efectividad.

En sus últimos 16 juegos, contando el de ayer, Manning tiene más intercepciones (25) que pases de anotación (19) y el peor rating (75.7) desde su año de novato (71.2 en 1998) y ayer se fue con ¡0.0! de rating.

¿Qué esperar de Peyton? Quizás, sólo esa victoria que lo separe de Favre, quizás que junto con los Broncos gane la División Oeste (Denver lo haría por quinto año consecutivo) y no más, pues no se ve cómo puedan darle competencia a los Patriotas o Cincinnati en la lucha por la supremacía de la AFC. Sí, la defensiva gana campeonatos, pero vaya que si ayuda una ofensiva y un QB de respeto.  

Por cierto, el año pasado, el 29 de septiembre, la defensiva de los Jefes de Kansas City mandó a la banca a otro QB de élite, lo castigó, lo vapuleó y hoy ese pasador es campeón de la NFL con su equipo: Tom Brady.