¡Que se repita!

Por el drama, por la polémica, por lo visto en el emparrillado, el duelo de ayer entre Patriots y Steelers cumplió con el calificativo de ‘Final de Conferencia adelantada’ y todo indica, si no sucede algo extraordinario en las últimas dos semanas y los Playoffs, que volverán a verse las caras en la antesala del Super Bowl, aunque ahora en Foxborough, lugar donde Nueva Inglaterra es casi invencible y donde la temporada pasada Pittsburgh fue eliminado.

Sin duda, es una derrota que cala hondo en los de oro y negro, pues dejaron ir la cima de la AFC, perdieron a Antonio Brown por lo que queda de la temporada y porque cayeron al final, en un juego que tenían en la bolsa.

Son tres jugadas clave para entender la derrota de Pittsburgh: no poder capitalizar un primero diez que pudo evitar la serie del TD ganador de Patriots, el TD anulado a Jesse James (en efecto, parece que no completa el proceso de la recepción) y, finalmente, el GROSERO ERROR de Ben Roethlisberger, queriendo sorprender, pero con un pase al centro sin ninguna ventaja para su receptor (me recordó el desenlace del Super Bowl XLIX, también en favor de los Patriots. Aún le duele esa llamada a Pete Carroll y los Seahawks).

Son tres jugadas que estarán en la cabeza de los Steelers, de aquí a lo que resta de la campaña y deben de canalizarlo de manera positiva: que sean el aliciente para buscar un juego de revancha ante el Campeón de la NFL, que ya está donde quería, con la ventaja de tener la Final de Conferencia en casa.

Desde la campaña 2011, los Patriots han estado presentes en la antesala del Super Bowl y su récord es de 3-3, siendo dos de sus derrotas en patio ajeno (ambas en Denver y enfrentando a Peyton Manning) y sólo una en casa, de las cuatro que han disputado ahí (Baltimore, en la temporada de 2012).

Por todos estos ingredientes, vale la pena ver de nuevo frente a frente a Pats y Steelers, los dos equipos más poderosos de la AFC que, desde mi punto de vista, serían los más dignos representantes de este sector en el Super Bowl LII. Ambos comparten el mejor récord de la AFC, con 11-3.

De salida, fue grato ver de nueva cuenta a Aaron Rodgers en el emparrillado, lástima por la derrota, la cual parece que ha sepultado las esperanzas de los Packers de cara a la Postemporada.