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Opinión

Francotirador

Nadie como El Francotirador. Cual superhéroe, guarda celosamente su identidad para obtener la información que nadie se atreve a contar.

Chargoy culpó a su amigo, el contador

2017-06-14 | EL FRANCOTIRADOR
EL FRANCOTIRADOR
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El  texto que entrega Nacho, hoy en tu RÉCORD, me impulsa a contarte el lodazal que crearon los López Chargoy en torno a Chiapas durante el Draft, para tratar de salir limpios ante la Liga MX y tratar de salvar con mentiras a Jaguares. Un descaro digno de novela.

Martes por la mañana, un día antes del Draft: Jaguares publica comunicado oficial sobre la sorpresiva salida de su contador de confianza, de un directivo clave en Chiapas y Puebla, Álvaro López Cid de León, personaje que por años ha manejado negocios futboleros de los López Chargoy, famoso por la suspensión de un año que le aplicó la FMF en 2015 por los insultos racistas contra Efraín Cortés que denunció el futbolista, ¿recuerdan? Una finísima persona, encargado de negociar contratos de jugadores y comerciales de ambos equipos, entre muchas otras ocupaciones. ¡Justo en el momento en el que se vienen las negociaciones! Qué cosa, qué extraña coincidencia.

Pues bien, llega el miércoles y Carlos Hugo se presenta, llega muy ‘sacalepunta’ a Cancún, con documentos que enseña a Decio de María y a Enrique Bonilla, y un grupo de 16 cheques que entrega a la Liga MX sobre la hora, como ‘aval’ por los casi 72 millones de pesos que acumulan en deudas con otros miembros, como parte de la famosa fianza a fin de poder negociar en este Régimen de Transferencias y no sufrir la desafiliación de Chiapas. Sin tiempo de revisar si ‘son buenos’, registran a los jugadores de Puebla en el Draft del día, el de la máxima división.

Pero ¡sorpresa! Los cheques no tienen fondos, no sirven. Vino el reclamo, ya que estaban registrados los futbolistas de La Franja, ¿dónde está el dinero? Aparece la gran respuesta: “no sé, el contador lo debe tener, pero ya no trabaja en Jaguares”. ¡¿Qué, qué?! Se imaginarán la cara de Bonilla, un tipo que cuando se enfurece se suelta el infierno. 

Resulta que por casualidad del destino, explica López Chargoy a Bonilla, el contador había adquirido un porcentaje del club chiapaneco y que Carlos Hugo ya no era entonces el principal responsable, así que no podía responder, que si hay reclamo había que encontrar al contador López Cid de León. ¿Y qué creen? Por supuesto, hablaron a su casa y les dijeron que el señor no estaba, que había “salido con destino desconocido”. El contador ya estaba fuera del país, tomando oportunas vacaciones.

Lo demás, lo conocen: se anunció que Puebla sólo podía colocar y al día siguiente la desafiliación de Chiapas.

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