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Opinión

Continuidad sí; autocrítica también

2017-02-14 | Gerardo Velázquez de León
GERARDO VELáZQUEZ DE LEóN
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No se trata de despedir por despedir a un entrenador. Claro que para alcanzar el éxito, la continuidad debe ser parte del deporte y quien se convierte en responsable de un proyecto darle el tiempo suficiente para intentarlo. Pero hay proyectos que no nacieron sanos, puros, que fue un accidente el que hayan llegado hasta a donde están ahora. 

Éste es el caso de Ricardo Antonio La Volpe con el América. De la noche a la mañana se encontró dirigiendo al mejor plantel que ha tenido en su vida profesional, sin incluir a la Selección Mexicana. Con un Mundial de Clubes a la vista y con un campeonato que se pudo salvar al grado de llegar a la Final. Pues ni esa oportunidad magnífica para recapacitar y entender que en la vida hay segundas o hasta terceras oportunidades, no ha hecho más que protegerse en un escudo de autodefensa que no lo entiende nadie. 

El argentino ha llevado la atención del caso a otros terrenos como una constante confrontación con los medios de comunicación, con los analistas a quienes llama ‘sabios’ y no ha realizado un verdadero ejercicio de autocrítica que permita tener un mejor panorama de lo que pasa con este equipo en su actualidad. Demasiada autodefensa y conceptos que si van dirigidos a los periodistas, no hay quién se los crea, mucho menos los aficionados que entienden a la perfección lo que debe ser el América en cualquier campo de juego. Una dirigencia seria ya hubiera puesto un alto a las peladeces de un entrenador, que insisto, cada vez que sale a una conferencia, cada vez que da una entrevista, insiste que el único que sabe de futbol es él, después él y al final él. Nunca se equivoca, siempre hay un factor externo a quien culpar, desde que no fue su diseño de plantel, pasando por árbitros, prensa, etc. 

Continuidad sí, pero nunca secuestrar a un equipo y hacer lo que se le pegue la gana sin que existan cuestionamientos por parte de sus directivos, o por lo menos que no se hagan públicamente, lo que sigue mostrando una división evidente entre lo que quiere uno, y lo que quiere otro. Dos cabezas no funcionan, eso lo saben por eso es inentendible que se armara tan extraña estructura en la cúpula. Continuidad sí, pero autocrítica también.

Ayer, Carlos Ponce en su columna informa que La Volpe no se iría del América por falta de dinero en Televisa. Terrible, porque ahora de ser el equipo todopoderoso se convierte en un pobre más en la Liga mexicana. Así que no sería por falta de capacidad, sino por falta de dinero.  

Pero los problemas que tiene el técnico americanista en estos momentos van más allá del dinero. El pasado domingo, después del empate ante el Puebla, abandonó al primer equipo que hacía regenerativo, para dirigirse a la cancha en la que entrenaba la Sub 20. Acción que tiene un fondo y un mensaje importante que hoy puede confirmarse. Y es que el argentino estaría dispuesto a jugar el partido de Copa ante Coras con el equipo Sub 20 sin importarle el riesgo que esto implica, y no por utilizar a los de fuerzas básicas, sino si en meses el primer equipo no le entiende lo que quiere en el campo, imagínense en dos días de entrenamiento nada más a estos jóvenes. Ahora, por reglamento tiene que ir a partidos coperos con ocho jugadores registrados en el primer equipo, pero la presencia juvenil estará en el Azteca a menos que cambie de opinión repentinamente.

El verdadero americanismo seguramente no quiere que despidan a La Volpe por perder contra Chivas, y no por el entrenador, sino por el hecho que representa perder contra el rival más odiado. Pero aún con todo lo que vive el América hoy en día, si ganan a Chivas tendrán posibilidades de acercarse a los lugares de Liguilla, de hecho se acercarían a un punto del Rebaño y, obviamente, estarían instalados en zona de calificación.

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