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Opinión

Higuera, el hombre sin filtro

2017-04-20 | Gerardo Velázquez de León
GERARDO VELáZQUEZ DE LEóN
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¿No que no existía el Pacto de Caballeros?, ¿no que era un invento de las mentes maquiavélicas de algunos medios de comunicación? ¿La ilegalidad del concepto obligaba a callarlo? José Luis Higuera se encargó de desmitificar el tema, de reconocer en la televisión a nivel continental de su existencia; es más, hasta de presumirlo como algo benéfico para los futbolistas. 

Fue en la cadena ESPN, en el programa ‘Futbol Picante’ de José Ramón Fernández, en el que a pregunta expresa de ‘Joserra’, el directivo sin filtro alguno dijo: “Hay un gran porcentaje de jugadores que sufrirían mucho sin el PACTO DE CABALLEROS”, y siguió: “Hay jugadores en la mediocridad que no estarían teniendo lo que tienen si no hubiera PACTO DE CABALLEROS”.   

 No fue suficiente mencionarlo un par de veces, había que recalcarlo: “Lamentablemente en el futbol mexicano hay de todo. El PACTO DE CABALLEROS tiene las buenas y las malas”, recalcó el colaborador de Jorge Vergara, propietario de Chivas.  

El llamado Pacto de Caballeros es un incumplimiento a las leyes laborales, práctica que se hace desde hace tiempo y nadie pone un alto. Si un equipo está interesado en un jugador, aunque haya terminado su contrato, deben terciar un pago, con el equipo que pertenecía, algo que también está prohibido por el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA, en donde en el punto 3 del artículo 18 dice: “Un club que desee concertar un contrato con un jugador profesional debe comunicar por escrito su intención al club del jugador antes de iniciar las negociaciones con el jugador.  

Un jugador profesional tendrá la libertad de firmar un contrato con otro club si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá dentro de un plazo de seis meses. Cualquier violación de esta disposición estará sujeta a las sanciones pertinentes”.   

Pero esto no pasa en el futbol mexicano gracias al llamado Pacto de Caballeros, que ha sido denunciado por algunos futbolistas como Gerardo Torrado, Gonzalo Pineda y hace pocos días por Rafael Márquez en su intención de formar un Sindicato de Futbolistas, entre otros.  

Ningún jugador en México tiene su destino en las manos, ni siquiera cuando se ha terminado el contrato con su actual equipo. 

Y de esto se aprovechan todos los directivos, los de jerarquía y los que en teoría no tienen fuerza. Este acuerdo de palabra, porque por obvias razones no hay nada escrito para evitar que se filtre a los medios, es claro: aquel futbolista que quiera brincarse a los dueños será congelado e incluso, porque ha sucedido, será ‘vetado’ de posibles convocatorias con la Selección Nacional. 

A estos futbolistas les quedaría ir al extranjero, aunque no siempre en las mejores condiciones, y siempre con el conocimiento de que cuando quieran regresar al balompié mexicano tendrán que ofrecer una disculpa porque gracias a este pacto, están sometidos al humor de los dueños.  

Después de estas honestas declaraciones, Higuera demostró que todavía le falta oficio para ser un directivo de élite en el futbol mexicano. 

Puede ser un hombre de negocios exitoso, pero no encaja en el prototipo de los directivos que cuidan por los intereses de su selecto club. 

Porque el nada discreto dirigente reconoció que se benefician de este trato de palabra y por lo que se escuchó, les importa poco ir en contra de las reglas de la FIFA, así como a la nueva FIFA parece importarle poco las anomalías que existen en México, aunque tal vez con una declaración oficial de un directivo de la Primera División mexicana, alguien en las oficinas de Zurich voltee a nuestro país. 

No es lo mismo que lo diga la prensa a que lo reconozca un socio del futbol mexicano.

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