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Opinión

La brutalidad es impune en el futbol mexicano

2016-08-23 | Gerardo Velázquez de León
GERARDO VELáZQUEZ DE LEóN
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La puerta 7 del vetusto Estadio Azul fue el protagonista principal del partido entre Cruz Azul y Santos del pasado sábado. Cuando se vivía un ambiente de cordialidad por la primera victoria del equipo de Tomás Boy vino lo impensable, una evidente brutalidad policiaca en contra de seguidores al Cruz Azul. ¿Cuál fue la razón? Ninguna, simple prepotencia de algunos de los policías que esperaban a que fueran desalojados los últimos aficionados que estaban en el interior de estadio.

Acudieron 11,890 aficionados al estadio, poca gente en el Estadio Azul y en lo que parecía una salida sin contra tiempos apareció la rudeza innecesaria de los policías de la Secretaria se Seguridad Pública, primeramente al obligar de muy mal modo a que los integrantes de la barra ‘Sangre Azul’ salieran del estadio, amenazando con sus macanas que si no se movían los golpearían, empujándolos e insultándolos. Desafortunadamente a los pocos minutos no sólo fueron amenazas, inició la barbarie.

Los barristas salían del estadio y como ya era tarde solamente estaba abierta la puerta 7 del inmueble. Uno de los protocolos que se aplican cuando se deben desalojar a los grupos de animación. El problema surge cuando miembros de la policía, algunos en el interior, otros en el exterior, esperando a que salieran los barristas para que uno a uno los fueran golpeando, más de uno cayó al suelo y así sin poder defenderse de la brutalidad policiaca le seguían tundiendo golpes.  A macanazos y algunos más golpeados hasta con los escudos que fueron un arma para esta vergonzosa manera de actuar de la policía del Distrito Federal.

Los aficionados trataron de defenderse, pero ante la mayoría policiaca fue imposible. Esto pudo terminar en una tragedia, todo porque los policías no tienen la preparación, se sacan de sus casillas cuando los aficionados les gritan groserías o simplemente porque se sienten los todopoderosos.

No pasó nada, la Secretaría de Seguridad Pública ni un comunicado ni una conferencia, no hay explicación. Del otro lado tampoco, nada de denuncias, nada de nada. 

Imágenes deben existir, no nada más las de los aficionados que grabaron en sus celulares desde el otro lado de la banqueta, frente a la puerta 7 del estadio, la Secretaría de Seguridad tiene instaladas cámaras en las inmediaciones del estadio, el Cruz Azul tiene la obligación de tener cámaras de seguridad en el interior del estadio. ¿Quién las muestra? Deben hacerlo ya y castigar a quien sea el responsable, los agresores deben ir a la cárcel por abuso de autoridad. Y si hay barristas involucrados, también castigarlos ejemplarmente.

Hay corresponsabilidad en este caso. La directiva de Cruz Azul, el líder de la Barra Azul, el llamado ‘Pulga’, y el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Hiram Almeida Estrada. Vamos por partes. 

La directiva de Cruz Azul debe actuar y exigir con pruebas en video que sus seguidores no hicieron nada para merecer esas golpizas; la ‘Pulga’ debe exigir a sus compañeros agredidos que levanten la denuncia correspondiente y el funcionario del DF debe enseñar los videos en donde aparecen sus policías y a quienes hayan estado involucrados, los deben sancionar severamente.

Obviamente, la Liga MX también debe actuar y exigir a las partes hagan lo que les corresponde, porque hoy no hay un estadio seguro, aunque presuman su famoso manual llamado de Estadio Seguro y que no ha servido para maldita la cosa.

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