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Opinión

La humillación que no deben permitir nunca

2016-10-28 | Gerardo Velázquez de León
GERARDO VELáZQUEZ DE LEóN
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El miedo a perder, pero sobre todo perder y no reconocer la derrota, debe ser muy preocupante para Emilio Azcárraga Jean, dueño de un equipo pusilánime que encaja perfectamente bien con la celebración a migajas que han tenido en el año del Centenario.

Cada día que pasa, con cada ridículo que acumulan, esta directiva está más cercana a la de Michel Bauer (tan mezquina como sus resultados) y no a la de Yon de Luisa, con quien encontraron triunfos y un equilibrio que les había durado un par de torneos más.

Hoy, el América, el americanismo recibe burlas, no sólo por las inexistentes celebraciones de su Centenario, sino porque más allá de presumir el título de Concacaf, las dos derrotas en menos de tres meses contra Chivas, ambas en casa y ambas humillantes, deben poner en la balanza que éste es el peor semestre de la era moderna del equipo. Si no hay título de Liga, si no entregan resultados deportivos como se han cansado de decir públicamente, la decepción será mucho más profunda. Ni la Liga en sus vitrinas hará olvidar que el rival más odiado los pisoteó en casa y en la Copa, hasta con suplentes.

Olvidemos lo del festejo, la playera, homenajes de pueblo,  el rival del Centenario o la remodelación del Estadio Azteca. Todo eso solamente son temas superficiales, materiales, que si se realizaban de una mejor manera o no, no afectaban el rendimiento deportivo. Sin embargo, la planeación de refuerzos, la atención a los lesionados, la elección de un mejor técnico o el cambio a tiempo en el banquillo, todo eso sí tenía que ver con lo que se perseguía en lo deportivo y las equivocaciones han sido constantes.

Pero no es el primer torneo en que les sucede y no hubo un momento de reflexión como para evitar caer en estos ridículos, que aunque no los tienen en el último lugar de la tabla como con Bauer, sí han sido un acumulado de frustraciones que hicieron de este equipo la burla de otras aficiones y otros clubes.

Debe venir una sacudida en todos los niveles del América. Desde el directivo hasta los futbolistas. Si se acabaron ciclos, renovarse inmediatamente, buscar lo más adecuado y que sea conforme a la ideología y fisonomía que intenta tener un equipo, hoy perdido en concepto.

Ricardo La Volpe tiene razón en que el arbitraje perjudicó en contra de Chivas, pero es simple escudarse en un tema que tapa la realidad. La noche del miércoles no se vio un equipo identificado con los colores e ideología de un club que debería trabajar en sus valores. Falta abismal y preocupante de liderazgo en el campo, cambios de futbolistas que no se pueden entender y precaución excesiva para un equipo que siempre debe ser el protagonista, no el agazapado defendiendo una mínima ventaja. Ese ‘lavolpismo’ que tanto se habla y se pregona murió esa noche, el balonazo, el miedo a perder y defender con tantos y tantos futbolistas, no es coherente. El enamoramiento al futbol que La Volpe nos enseñó en sus tiempos mozos hoy está desaparecido.
 
Y de los jugadores ni hablar: hay futbolistas en esta plantilla que no corresponden a la grandeza de un equipo como el América, que nunca en sus carreras lograrán ser referentes de ningún club y mucho menos de uno con la jerarquía como en el que hoy, solamente han demostrado ser una piltrafa en su profesión. Mexicanos y extranjeros, en esto no hay nacionalidades, sino una incapacidad de cumplir con lo que exige su trabajo.
 
La afición del América está dolida y su propietario también debería estarlo por ese acumulado de ridículo y el poco valor para aceptar que han fallado no en un partido o en una eliminatoria, sino en todo el semestre. La diferencia es que la afición no tiene el poder de decisión como para reorganizar al equipo.

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