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Opinión

Messi no es el culpable

2016-06-28 | Gerardo Velázquez de León
GERARDO VELáZQUEZ DE LEóN
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El fracaso argentino en la Final de la Copa América no es de Messi, quien lo vea así está muy lejos de la realidad, inconsciente de que nadie, ni el más superdotado, puede solo.

Este deporte se trata de unión en el campo, de responsabilidades compartidas, así que si uno falla, el otro debe funcionar, si uno se equivoca, el otro debe componerlo. Así sucede con Messi en el Barcelona, donde a su alrededor siempre tiene talento y futbolistas que arropan, en su selección es todo lo contrario.

Se culpa a Messi de perder tres finales consecutivas, pero nadie señala a Higuaín por su sobrada actitud para definir frente a un arco vacío, o a Lucas Biglia por la también falla de un penalti o a Marcos Rojo que por una reverenda estupidez, al no saber leer la petulancia y soberbia del arbitro brasileño, Heber Lopes, se hizo expulsar en el momento más inoportuno.

No, Messi no puede ni debe estar tan solo en el campo, lo que hizo en el estadio Metlife de Nueva Jersey fue de alto nivel y a diferencia de las dos pasadas finales, tomó la pelota, encaró y recibió muchas patadas, la fuerza para detenerlo por parte de los chilenos.

Messi no puede tener tanta carga emocional, porque el futbol a nivel selecciones en Sudamérica tiene un sentido de pertenencia como en ninguna parte del mundo, y con Leo en el campo pareciera que solamente él es Argentina. Qué equivocación tan rotunda.

Tiene razón en irse, lo intentó y no pudo, porque en el futbol ni las máximas leyendas pudieron ganar algo solas. Maradona tenía a Burruchaga, Valdano y más, Pelé a Garrincha, Tostao y otros tantos talentosos jugadores. Messi sólo tiene a Messi y en vez de entender esta decisión como chantaje sentimental, deberían en Argentina profundizar y ver que las fallas son grupales, que si bien es una generación habituada a jugar finales, de nada sirve perderlas. Tres finales sin anotar gol deben pesar mucho.

Si los argentinos al ponerse la camiseta albiceleste se transformaran como lo hacen lo chilenos cuando se visten de rojo, las cosas serían distintas.

En solamente un año la selección andina ejemplificó lo que es la pasión, solidaridad e intensidad en el campo de juego, en su Copa América y en Estados Unidos, donde llegaban con la duda si Juan Antonio Pizzi conservaría la esencia de lo visto en el campeonato anterior.

Inteligentemente el exentrenador de León no cambió nada, dejó a los futbolistas que eligieran dónde se sentían mejor y ahí los puso, siempre con la complicidad de tener en la mente la entrega absoluta con la que juegan para La Roja.

Pizzi merece un reconocimiento grande por no hacer experimentos estúpidos, ni rotaciones ilógicas ni tratar de hacerse notar como estratega, su perfil bajo le ayudó a conseguir el éxito muy rápido en Chile.

La Copa de la censura

Ésta fue una Copa América donde la censura fue parte de la cotidianidad. Absurdo que Univisión fuera la que dictará las órdenes de cómo debían trabajar los periodistas acreditados.

Tener los derechos de televisión no te hace dueño del torneo y gracias a la cobertura de los medios sin pago de derechos de transmisión la difusión, arraigo y popularidad de un torneo como éstos se da.

No dejar tomar una foto, un video para redes sociales, transmitir un periscope o un Facebook Live ya es demasiado, claro que respetando las imágenes del partido en vivo se entendería, pero cuando estás en un pasillo del estadio o ‘tirando’ hacia la calle o a la vista de la ciudad, es pasar los límites.

A mí me quitaron la credencial de prensa en Pasadena, solamente por grabar la tribuna cuando se escuchaba el “ehhhh puuuuttooooo”. Un video de tres segundos de duración que fue retomado por la cuenta de Twitter de este diario.

Fui sacado del estadio escoltado por la policía, como si hubiera cometido un delito. Afortunadamente al término del partido México vs Jamaica la gente de Concacaf, encabezada por Brent Langham, se comportaron con gran profesionalismo, clase y decencia y me la devolvieron al tratarse de un mal entendido.

Evitar la competencia informativa, de análisis y de debate no depende de no dejar grabar una conferencia de prensa, lo deben entender así en Estados Unidos cuando esta Copa América se recuerde y defina como la ‘Copa de la censura’.

Pero lo más representativo de todo esto es que las medidas fueron solamente aplicadas para la prensa mexicana y la de Estados Unidos en español, porque había sudamericanos que hacían lo que se les pegaba la gana, incluso hasta transmitir clandestinamente a la radio, y nadie les decía nada.

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