No más chantajes, la Selección merece respeto
Dar un golpe de autoridad en el área debe ser la meta para el partido del próximo sábado en Pasadena. Años pasan y el deterioro de la Selección Mexicana en torneos regionales es evidente, cada vez es más difícil ganar, cada vez es más complejo mostrar la superioridad que tanto extrañan los dirigentes del futbol mexicano.
La Selección Mexicana tiene la posibilidad de disputarse el pase a la Copa Confederaciones gracias a los árbitros que le regalaron la Copa Oro. Ahora debe aprovecharlo, debe ser el momento para despegar a una nueva etapa aunque sigan empeñados en darle el equipo a un colombiano, que cada hora que pasa muestra más ser un mercenario que un buen entrenador, que en su discurso chantajista tiene su fortaleza y que es bien conocido en el entorno del futbol mexicano por la suma de fracasos deportivos y asesoría sobre futbolistas o bien, como el hombre que gracias a hacerle una corriente petición a Cruz Azul pudo lograr un contrato más jugoso en Brasil.
Cuando Juan Carlos Osorio vino a Puebla los engañó y se fue a Colombia en plena pretemporada que hacían en Toluca. Otra falla que pocos quieren recordar, es cómo se burló del futbol mexicano. Al final perdió siete partidos, empato dos y ganó solamente dos, es decir un absoluto fracaso. Osorio se está aprovechando de la desesperación directiva que nunca pudo descifrar la salida abrupta de Miguel Herrera con un sucesor digno, no con alguien que podrá ganar algunos partidos, pero que no merece ni el beneficio de la duda, porque simplemente no merece ser el entrenador de la Selección Mexicana de futbol.
El declive en la zona es alarmante. Desde aquella lejana eliminatoria para Francia 1998 donde la Selección Mexicana terminó en primer lugar con cinco puntos de ventaja sobre Estados Unidos no ha vuelto a tener hegemonía. Para Japón-Corea ya fue segundo lugar por debajo de Costa Rica, cinco puntos atrás de los ticos. En la eliminatoria con La Volpe tampoco fueron primer lugar pese a clasificar ‘caminando’, ya que terminaron empatados con Estados Unidos con peor diferencia de goles; Sudáfrica 2010 los vio clasificados como segundo lugar de la Concacaf otra vez por debajo de Estados Unidos, que en esa ocasión sumo un punto más. El colmo fue para Brasil que terminaron ONCE puntos atrás de Estados Unidos.
Los humillantes y constantes 2-0 en territorio estadounidense han sido golpes muy duros para el futbol nacional, que aún no asimila que en su rival del norte tienen al máximo exponente de la Concacaf de la actualidad. Para volver al lugar que le corresponde a la
selección mexicana no solamente tienen que conseguir el boleto a la Confederaciones, sino hacerlo de manera contundente, con un golpe de autoridad que ponga las cosas en su lugar y si para ello es necesario humillar al equipo estadounidense en el campo, que lo hagan.
De eso se trata también el juego del próximo sábado y con esa idea deben viajar los jugadores elegidos por Ferretti, quien dirigirá el partido más importante de su carrera como entrenador y no puede entregar otro resultado que no sea la victoria. Lo importante en estos momentos, es que el técnico mexicano sí está consciente de lo que está por jugar, del reto que tiene encima y no le huye. Uno de esos entrenadores es el que necesitan dejar en el banquillo nacional. Qué equivocación más grande no dejar a Ricardo Ferretti por el resto del proceso mundialista. Ése es uno más de los muchos errores que han cometido hasta el momento.
