Ochoa, entre la desilusión, la angustia y las satisfacciones

Guillermo Ochoa concluyó una temporada más en el futbol europeo entre la desilusión lógica de descender con Granada y cierta angustia de no poder recibir aún su pasaporte comunitario, pero también algunas satisfacciones relacionadas al reconocimiento de la prensa española y la afición sin importar que su conjunto fue el segundo más goleado de la campaña.

Memo recibió 82 tantos, pero sin duda fue el mejor jugador del equipo y a lo largo de las 38 fechas demostró personalidad y buenas actuaciones; los errores fueron mínimos y gracias a él la 'desgracia' fue menor. No por nada, los seguidores lo hicieron acreedor, entre otros, al trofeo 'Vicente de Luna Morales' como el mejor de la institución.

Entre sus planes, Ochoa no desecha la posibilidad de permanecer con Granada el próximo torneo en Segunda División; sin embargo, una situación que lo impulsaría es que el club se refuerce de buena manera y hasta ahora todo sigue en vilo, sin que se avecinen decisiones de peso por parte de los dueños encabezados por el chino Jiang Lizhang.

En lo que el arquero mexicano no tiene duda, es en mantener su sueño de triunfar en el Viejo Continente y tener más reconocimiento. Aunque el trámite del pasaporte comunitario se ha retardado y es muy burocrático, confía en tenerlo a la brevedad, máximo a finales de junio y, por supuesto, le abrirá más opciones. En Francia hay interés, también en el futbol español y Holanda.

En el plano personal, Paco Memo disfruta de una vida plena a lado de su esposa y sus hijos. Europa los fortalece, les da tranquilidad y otra cultura. Volver a México no es opción por ahora y siguiendo el ejemplo de Francisco Palencia, no descarta desarrollarse en el sentido empresarial 'del otro lado del charco' en un futuro y que su familia continúe allá.

Pase lo que pase, ser el primer guardameta mexicano en el Viejo Continente y con un sueño ya real que comenzó como una aventura valiente y arriesgada, siempre será un orgullo y una situación indeleble.