‘Che’ bicicleta

En medio de una de las crisis de violencia más severas que ha vivido este país en las últimas dos décadas, en donde sólo en octubre pasado 2,764 personas fueron asesinadas, se pronostica que el número de homicidios dolosos que se registrarán cuando finalice el gobierno actual, superará los más de 120 mil contabilizados en el régimen calderonista. Falso sería decir que su origen reside únicamente en las disputas entre narcotraficantes por el control de rutas y plazas; en esta ciudad y sus alrededores y en otros lugares del país, a la gente la matan por un celular, por una cartera vacía, por una pinche bicicleta…

Sin embargo, a nadie parece importarle ni generar la menor conmoción el problema más grave que este país enfrenta que es el de la inseguridad, íntimamente conectado con dos factores enraizados en todos los órdenes de gobierno: corrupción e impunidad. No hay un solo Estado de la República en que este fenómeno se encuentre ausente, destacando Guerrero por ser el más violento de todos, lo mismo que el Estado de México, Tamaulipas, Tabasco y la Ciudad de México. Mientras salir a la calle para trasladarse al trabajo, a un centro comercial, o a simplemente hacer deporte carece de las más elementales garantías de retorno seguro al hogar, un presidente y un secretario de gobernación que se sienten ‘buleados’, le reclaman a la sociedad no destacar las cosas buenas que han sucedido en el gobierno.

A poco más de 30 días de terminar el año, la expectativa de crecimiento económico del país fue reducida a solamente 2.1%, cuando en el año anterior fue del 2.9%; la prevista de 2.5% para el 2018 ya fue ajustada a solo 1.9% por el Fondo Monetario Internacional. La tasa inflacionaria se prevé alcanzará un nada halagüeño 6.30%, uno de los más elevados durante este sexenio, neutralizando el magro incremento al salario mínimo general de apenas $8,80 pesos diarios, contrastando con los oprobiosos aumentos, bonos y privilegios de los servidores públicos reseñados en mi columna “El Año de Hidalgo” publicada en este mismo espacio hace apenas dos semanas. Mientras que Peña Nieto presume que durante su gobierno se han creado más empleos que nunca antes, durante la junta de gobierno de Banco de México del pasado 9 de noviembre, aun presidida por Agustín Carstens, sus integrantes afirmaron que dichos empleos no solo son de muy baja productividad, sino que al menos el 60% de éstos corresponde al sector informal. En síntesis, un manejo de la economía mediocre, que sin duda se agravará durante el año 2018 por todas las variables políticas que inciden de manera directa en su comportamiento, y que a la postre contribuirá de manera directa al generalizado incremento de inseguridad en que vivimos.

Para finalizar, el aprendiz podrá serlo de canciller, pero en temas de disciplina y control político ningún miembro del gabinete lo supera, ni siquiera el propio presidente. Se antoja poco probable que los desmedidos elogios a José Antonio Meade hayan estado exentos del debido cálculo y efecto político. Quizá el único despistado en este país lo sea quien pronunció la frase aclaratoria.