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Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

El 'Efecto Socavón'

2017-08-06 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
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No proveniente del latín ni del griego, esta expresión, - ‘Efecto Socavón’ - en realidad, encuentra su etimología en profundas raíces priístas, panistas, perredistas, verdes y morenistas, significando que, sin importar el origen de la acusación, la negligencia con la que cualquier servidor público haya actuado, la contundente y categórica evidencia que pueda existir en su contra y/o el repudio político y social ganado a pulso, un servidor público de ‘cepa’,  jamás deberá reconocer responsabilidad alguna en los hechos ilícitos que le sean imputados, a los que deberá calificar siempre como (I) guerra sucia, (II) cortina de humo (III) desesperación de los adversarios políticos, (IV) culpa de todos menos de uno, y, desde luego, (V) el consabido ‘compló’.   

Gerardo Ruiz Esparza, responsable político del funesto desastre carretero que sigue manteniendo en vilo a los habitantes de la colonia Chipitlán, en el estado de Morelos, con inundaciones que la semana recién concluida superaron los cuatro metros de altura en la zona del socavón mortal del Paso Exprés, producto del taponamiento con concreto de la tubería del desagüe de esa zona, según revelaron parte de los peritajes realizados a dicha obra, y cuya reparación tomará meses aún, con un costo inadmisible al erario, ha señalado como responsable a cuanto peregrino se le cruza por su camino, sin advertir que, en todos los casos, los imputados se encontraban bajo su mando directo, o lo fueron producto de su propia elección. Todos absolutamente son responsables de lo sucedido menos él, al amparo de la inmunidad que otorga el ‘Efecto Socavón’.

Miguel Mancera, cuyas desenfrenadas aspiraciones presidenciales lo han mantenido ‘distraído’ del ejercicio de las funciones de jefe de gobierno, cargo para el cual fue electo, no encuentra la manera de sacudirse la responsabilidad y el desprestigio proveniente de los hechos de la delegación Tláhuac, en donde quedó evidenciada la existencia de un gravísimo problema de narcomenudeo, operando, dicen los enterados, desde el interior mismo de la delegación política de esa demarcación, cuyo delegado, de extracción ‘morenista’, le reporta directamente al jefe de gobierno. Al igual que en el caso de Ruiz Esparza, Mancera repele cualquier posible imputación que ‘socave’ su única prioridad de los últimos meses: ser candidato presidencial del partido que sea, pero candidato al fin y al cabo.

No había transcurrido ni una semana de la flamante presentación de los nuevos metrobuses de doble piso que la CDMX puso en circulación, cuando uno de éstos, de la Línea 7, al arribar a una de las estaciones, se estrelló contra el techo de la misma, destrozando la parte superior de dicho autotransporte y, desde luego, el techo de la propia estación. O el metrobús se agrandó o la estación se achicó, pero la respuesta oficial del gobierno de la CDMX, debidamente ‘socavada’, fue:  fincaremos responsabilidad al chofer de la unidad y a la compañía constructora de esos autobuses. Sólo ellos serán responsables de este ridículo accidente.

Quien conjuga mejor que nadie el verbo socavar anda de gira por Latinoamérica, redimiendo pecadores y ovejas descarriadas. Pronto estará de regreso ilustrándonos de todas sus posibles aplicaciones.

 

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