opinion.jose-luis-caballero-leal.en-el-mar-la-vida-es-mas-sabrosa
Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

En el mar, la vida es más sabrosa...

2017-03-26 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Políticos y gobernantes mexicanos jamás dejarán de sorprendernos. En primer lugar, porque deben ser los mejores administradores del mundo entero, dado que, con el salario que perciben, cuyo monto, si bien no es nada despreciable, tampoco resulta exorbitante, pueden hacerse de propiedades en las zonas residenciales más exclusivas y costosas de nuestro país, y desde luego en Miami, destino turístico e inmobiliario que en este gobierno se ha puesto de moda por diversas razones, todas de ellas siempre escandalosas; y en segundo lugar, porque cuando se hace pública la existencia de dichas propiedades, (filtraciones por fuego amigo y no tan amigo), las explicaciones que sus propietarios dan para justificarlas son absolutamente ridículas e inverosímiles. (¡Préstamos de vecinos para para pagar el predial, hasta compra de propiedades de súper lujo, frente al mar, sólo para rentarlas!).

Que la gente tenga casas de millones de dólares en Miami, París, Madrid o Barcelona no constituye el tema a debatir. Lo que motiva al “sospechosismo” es que alguien como la Sra. Alejandra Barrales, cuya vida como servidora pública apenas data del año 2000 (previamente laboró como sobrecargo y posteriormente líder sindical), se haya podido hacer de una propiedad con un valor cercano o superior a los $20 millones de pesos, con el producto de los ingresos de “toda una vida de trabajo” (¿en donde hemos oído eso antes?) para destinarla, según dijo, a su arrendamiento a terceros. Para pagar el anticipo de los primeros $700 mil dólares de ese departamento, y suponiendo que hubiera percibido un sueldo promedio mensual de $200 mil pesos netos (superior al declarado de Peña Nieto), se hubieren requerido casi 6 años enteros de ahorro total de esa suma (sin haber gastado un solo peso en algo distinto al ahorro, algo impensable).

Barrales, en cambio, lo pagó en sólo 7 meses; los casi $300 mil dólares restantes, financiados a 20 años, suponen un pago hipotecario no menor a $1,500 dólares mensuales; el mantenimiento de un departamento de 170 m2, en un edificio de las características adquiridas en Sunny Isles, supone otro pago mensual no menor a $1,000 dólares mientras que los impuestos de esa propiedad alcanzan los $11,000 dólares anuales. En otras palabras, como mínimo, Barrales tendrá que pagar durante los siguientes 20 años, cerca de $75 mil pesos mensuales, al tipo de cambio de hoy. Esa propiedad, de rentarse, alcanzará un monto mensual de alrededor de entre cuatro a cinco mil dólares, con mantenimiento incluido. Hoy, esa propiedad está valuada ya en $1,2 millones de dólares. Un buen negocio, desde la óptica que se le vea.

Sin el menor cuestionamiento de cómo un servidor público logra amasar tal cantidad de dinero, nada absolutamente sucederá con la legisladora y dirigente del PRD más allá del vendaval mediático del que está siendo objeto (que dura un suspiro), mientras la nota periodística y la presión política pasan a la popular “caja china”. Por lo pronto, y por si acaso, Barrales ya se cobijó con el fuero constitucional regresando a su curul al Senado de la República apenas el jueves pasado. Más vale prevenir que lamentar. Lo que es un hecho es que, en el mar, la vida es más sabrosa. Eso que ni que. 

Contenido Patrocinado