Lo que diga mi dedito...

Con esa ridícula frase que popularizó siendo Jefe de Gobierno del Distrito Federal, López Obrador, imponía, contra la voluntad de los habitantes del municipio de Las Choapas, Veracruz, a la hoy caída en desgracia Eva Cadena, como candidata a la presidencia municipal de ese lugar. La gente le gritaba “no a la imposición”, “no al fraude”, “fuera Eva”, no sólo por el origen panista de la entonces candidata por el partido Morena, sino porque para tal designación, no había hecho la cola ni méritos necesarios para merecer ese puesto. La respuesta del mesiánico fue simple: “Lo que diga mi dedito”, y su dedito dijo sí, arropándola con el manto protector del que todo lo puede.

Eva Cadena dejó de ser candidata de Morena producto del vergonzoso episodio que protagonizó reuniéndose, en al menos dos ocasiones, con personas que dijo desconocer, pero de quienes recibió, en la habitación de un hotel, al menos, 500 mil pesos en efectivo, según se dijo, para ser entregados a López Obrador. Así como hubo quien en su ocasión pidió “ligas” para amarrar los fajos de billetes, Eva pidió una “bolsita” en la que cupiera tanto efectivo.

“Hay plumajes que cuando cruzan los lodazales no se manchan”, fue la frase que el ocurrente AMLO empleó para sacudirse la andanada de críticas que lo vinculan, una vez más, con la recaudación de dinero ilícito para el financiamiento de su permanente campaña política. Fue la Mafia del Poder la que de nueva cuenta le tendió una trampa a Eva, así lo justificó López Obrador, como antes lo hizo con Bejarano, Ponce, o los recaudadores que pasaron la charola en su nombre en una reunión de empresarios. No seremos testigos de video alguno en que aparezca AMLO recibiendo fajos de billetes de nadie. Ello no significa que la “esperanza de México” no se conduzca como lo hacen todos los demás. Simplemente es lo mínimamente talentoso para emplear incautos, como Eva, para que el plumaje efectivamente siga repeliendo el lodo, aunque éste hieda igual o peor que el de los demás.

Otro episodio semanal que captó mi atención lo fue la declaración en video de Antonio Macías Yazegey, suegro de Javier Duarte de Ochoa, quien para justificar la inmensa fortuna que posee, afirmó haberse ganado el premio mayor de la Lotería Nacional, de la misma forma que el exgobernador, también veracruzano, Fidel Herrera lo hizo, pero no una, ¡sino dos veces! Se dice que la probabilidad de ganarte el premio mayor es 1 entre 5 millones, siendo más factible obtener un Oscar, tener un hijo genio o, inclusive, ser presidente de México. ¡Bendito Veracruz, cuyos gobernantes o los parientes de éstos sean los únicos del mundo que poseen tal nivel de suerte!

El PRI impidió el desafuero del diputado Antonio Tarek Abdala, extesorero de Javier Duarte en Veracruz. Mi dedito dice que NO olvidaré este encubrimiento, que huele a complicidad en las próximas elecciones. Ojalá el tuyo opine lo mismo.