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Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

No culpes a la lluvia...

2017-07-16 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
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Ningún fenómeno natural, ni huracanes, maremotos, plagas, inundaciones, terremotos o “socavones” han tenido un efecto tan devastador como aquel producido por la corrupción e impunidad reinantes en México.

Juan Mena López y su hijo, Juan Mena Romero, circulaban el pasado miércoles 12, alrededor de las 5:30 am, sobre el flamante y recién inaugurado Paso Exprés, en Cuernavaca, Morelos. Nunca iban juntos a trabajar, pero ese día así lo decidieron, comentaron sus familiares. Minutos más tarde, el automóvil en que viajaban desapareció inesperadamente de la carretera. Una llamada de la novia de Juan Mena Romero a los cuerpos de rescate de Morelos resolvió el misterio: padre, hijo y automóvil habían caído en un “socavón” de más de 10 metros de diámetro, abierto justo a la mitad de la nueva carretera, encontrándose enterrados al fondo del mismo. Ambos estaban vivos. Nueve horas más tarde, sus cuerpos yacían sobre la fría plancha de una camioneta del servicio médico forense de Morelos. La primera declaración de Gerardo Ruiz Esparza, aún Secretario de Comunicaciones y Transportes, fue categórica: “los familiares serán indemnizados”.

Apenas la segunda semana del pasado mes de abril, Enrique Peña Nieto inauguraba dicho Paso Exprés junto a un Ruiz Esparza que, en su discurso, no cesó de resaltar las virtudes de esta gran obra carretera. Quedaba en el olvido que su costo total superó en $1,100 millones de pesos el presupuesto original de la misma, y que, debiendo ser entregada en junio de 2016, se inauguró, estando la obra inconclusa, en abril del 2017. También se borró del expediente la existencia de más de 32 carpetas de investigación por accidentes en ese tramo carretero, que ocasionaron la muerte a cuando menos 50 personas, entre ellas a Patricio, Héctor y Minerva, arrollados por un tráiler de doble remolque conducido a exceso de velocidad en una zona sin señalamiento alguno, hace exactamente un año.

En cualquier país civilizado, los datos antes aportados habrían ocasionado el cese inmediato del responsable del ramo y la inhabilitación permanente como contratista de obra pública de la empresa constructora. Usted ha acertado: en México, absolutamente nada sucedió, y Aldesa, empresa española responsable de la construcción del Paso Exprés, es ahora una de las principales contratistas para la construcción del nuevo aeropuerto capitalino.

Gerardo Ruiz Esparza ha culpado a la lluvia, a la noche, a la basura, al drenaje y a la mala suerte por la aparición de un socavón de mortales consecuencias en una autopista inaugurada apenas 100 días atrás, a la que de forma premonitoria denominé “Paso Exprés… hacia la muerte”, en mi columna del pasado 9 de abril.

Negligencia, corrupción e impunidad definen de mejor manera las causas que hoy enlutan injustamente a una familia, sin que se avizore consecuencia alguna a los realmente responsables de este desastre carretero.

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