Jose Luis Caballero Leal
Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano
¡Obama, nacionalízate mexicano!
La que hoy concluye ha sido una de esas semanas en la vida política nacional que lo único que provocan a los ciudadanos son náuseas, producto de la bajeza y nula calidad moral de nuestros políticos, en una época en donde el aferramiento al tan indispensable hueso, o a la obtención de las necesarias garantías de impunidad una vez concluidos los mandatos, parecerían ser la única norma que dicta el proceder de éstos.
Legalidad y prudencia son dos términos que no necesariamente se entremezclan entre sí, pero que resulta imposible no ponderar el segundo a la luz del primero. Se puede actuar con absoluto apego a la ley, pero la prudencia o lo “políticamente correcto”, pueden sugerir lo contrario. Déjame explicar esta diatriba con los siguientes ejemplos:
Miguel Barbosa, líder de la bancada del PRD en la Cámara de Senadores, expresó públicamente hace una semana su apoyo a López Obrador, propietario, ad perpetuam, de Morena. El Comité Ejecutivo del PRD decidió su remoción como líder de la bancada en la cámara alta, a lo que éste respondió que, si bien no se aferra a la silla, de allí nadie absolutamente lo mueve, a menos que el Tribunal Electoral Federal ratifique su destitución. Barbosa tiene razón. Debe ser dicho tribunal, agotado el debido proceso, quien resuelva sobre su destitución. Para sazonar este absurdo aferramiento al hueso, 15 de 19 senadores del PRD avalan a Barbosa como el líder de bancada del PRD. Contra la legalidad del argumento, riñe por completo la prudencia, expresión a todas luces inexistente en el vocabulario político nacional.
Eruviel Ávila, conjuntamente con su hija, apuran la celebración de eventos de entrega de “apoyos sociales” a sectores de muy bajos recursos en el Edomex (o sea, en todo el estado). A cambio de la entrega de la credencial del INE, miles de personas reciben miserables despensas o apoyos económicos, condicionados al voto en favor del candidato priísta a gobernador, Alfredo del Mazo. Eruviel ya lo hizo saber a los medios: su actuación se apega por completo a la ley, pues el proceso electoral, aún no da inicio. Eruviel tiene razón. Todos estos actos no son legalmente sancionables, pero ¿será prudente su celebración a escasas dos semanas del inicio del proceso electoral en el Edomex, territorio clave para la aspiración presidencial priísta? A todas luces conocemos la respuesta.
Un juez federal determinó la inconstitucionalidad de las denominadas fotomultas, de cuyo ingreso, la empresa propietaria de la operación de las cámaras se beneficia del 47%, mientras que el gobierno de Mancera recibe el 53% restante. ¡Vaya pedazo de negocio! La respuesta del prócer capitalino fue simple: seguirán las fotomultas porque salvan vidas. Ni legalidad ni prudencia, sólo arrogancia, autoritarismo y billete, muuucho billete en un proyecto creado exclusivamente con fines recaudatorios, que en nada inhibe la observancia a los límites de velocidad.
Obama, nacionalízate mexicano por favor ¡Sobran razones para pedírtelo!